Iglesia y marxismo en los ’70

cheSabemos que no todos los que ingresan al blog son de Hispanoamérica. Los hay también de la madre patria, España. Sin embargo, el tema de la década del ’70 en esta parte del continente, donde la guerrilla marxista y la teología de la liberación han ido de la mano, es conocido a nivel mundial.

La connivencia entre algunos representantes de la jerarquía eclesiástica y los grupos armados, no puede seguir en silencio sin faltar a la verdad. En la Argentina, hace ya varias décadas fue denunciada por un gran hombre, luego de lo cual le costó la vida: Carlos Alberto Sacheri, un mártir aún no reconocido como tal, pero por quien rezamos para que algún día lo sea (hemos subido su gran libro «La Iglesia clandestina» a nuestro blog, aquí:  AQUI) hoy son reconocidas por el mismo Papa Francisco, como podemos ver en los artículos que presentamos.

Dos autores muy diversos por su formación (Ceferino Reato y Mario Caponnetto) coinciden en lo esencial: la jerarquía eclesiástica latinoamericana debería hacer una autocrítica y más bien renovar la crítica a los movimientos pseudo-católicos y filomarxistas que hacían de la religión un móvil para llevar adelante la revolución comunista en Latinoamérica.

Van los artículos.

que no te la cuenten…

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 http://www.perfil.com/politica/———El-Papa-admite-la-influencia-de-la-Iglesia-en-la-formacion-de-Montoneros-20140301-0062.html

El Papa admite la influencia de la Iglesia en la formación de Montoneros

Por Ceferino Reato

“San José era radical, San José era radical,

y la Virgen socialista, y la virgen socialista,

y tuvieron un hijito, montonero y peronista”.

Canto en los actos de Montoneros en los ’70.

 El papa Francisco hizo una contribución formidable para comprender cómo fue que tantos jóvenes bien intencionados, altruistas, tomaron la dramática decisión de incorporarse a la guerrilla en los ’60 y ’70; es decir, estuvieron dispuestos a morir pero también a matar a otras personas, a otros argentinos, por razones políticas.

“Nosotros en América Latina hemos tenido experiencia de un manejo no del todo equilibrado de la utopía, y que en algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó. Al menos, en el caso de Argentina, podemos decir ¡Cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la utopía terminaron en la guerrilla de los años ’70!», dijo Francisco.

Jorge Mario Bergoglio atribuyó la conversión de tantos jóvenes católicos en guerrilleros a errores de conducción de la propia Iglesia Católica al señalar que hay que “saber manejar la utopía, o sea saber conducir” a los jóvenes.

Las palabras del Papa argentino fueron pronunciadas en un ámbito muy propicio: ante la Comisión Pontifica para América Latina, que está formada por un grupo de cardenales de la región.

El mensaje podría dar lugar a la autocrítica que la Iglesia Católica viene eludiendo sobre su responsabilidad en el surgimiento de la violencia guerrillera de los ’70, que debería completarse con la autocrítica del respaldo que otros sectores eclesiásticos, conservadores e integristas, brindaron a la dictadura del general Jorge Rafael Videla y a la represión ilegal.

En mi último libro, ¡Viva la sangre!, dediqué un capítulo y medio a la influencia de sectores de la Iglesia en la formación de Montoneros, la guerrilla de origen peronista. Este libro está ambientado en Córdoba, un lugar clave para comprender la gran tragedia nacional de los setenta.

Entre otras cosas, Córdoba nos permite comprender de dónde surgieron los montoneros, uno de los dos grandes grupos guerrilleros de los ’70. Mi conclusión fue que todos los primeros montoneros cordobeses habían sido, primero, militantes católicos. En otras palabras: Montoneros nació en las sacristías y en los colegios, las universidades, las residencias estudiantiles, los campamentos juveniles y las misiones de ayuda social organizadas por la Iglesia. Y eso ocurrió en todo el país.

Ésa fue la influencia de los sectores progresistas de la Iglesia. La responsabilidad de los sectores conservadores es más conocida y aparece con claridad en mi libro anterior,Disposición Final.

En conclusión, la Iglesia estuvo en los dos lados del mostrador de la violencia política. Uno de los signos de nuestra tragedia es que muchos militares y guerrilleros mataron creyendo que de esa manera cumplían con las enseñanzas de Cristo.

Una de las hipótesis de ¡Viva la sangre! es que la demora del Episcopado en realizar una profunda y generosa autocrítica sobre aquellos años sangrientos es el veto recíproco entre los sectores conservadores y progresistas de la Iglesia. Cuando los progresistas impulsan una mirada reflexiva sobre el apoyo a la dictadura, los conservadores les recuerdan la formación en las sacristías de tantos guerrilleros.

Se verá si la llegada al papado de Bergoglio, que es un crítico de las sistemáticas violaciones a los derechos humanos de la dictadura, servirá para clausurar esos vetos recíprocos.

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¿Termina la “memoria hemipléjica” en la Iglesia?

 Mario Caponnetto

 Ha causado profunda sorpresa, fuera y dentro de los medios católicos, el Discurso del Papa Francisco, dirigido a los miembros de la Pontificia Comisión para América Latina, pronunciado en Roma el pasado 28 de febrero. Hablando acerca de los desafíos que enfrenta hoy la Iglesia en la misión de transmitir la Fe a los jóvenes, el Santo Padre ha reconocido, expresamente, que en la Argentina, en los años setenta muchos jóvenes provenientes de círculos y ámbitos católicosformaron en los cuadros de la guerrilla.

He aquí las palabras textuales del Papa: “Otra cosa que es importante para la juventud, transmitir a la juventud, a los chicos también, pero sobretodo a la juventud, es el buen manejo de la utopía. Nosotros en América Latina hemos tenido la experiencia de un manejo no del todo equilibrado de la utopía y que en algún lugar, en algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó. Al menos en el caso de Argentina podemos decir ¡cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la utopía, terminaron en la guerrilla de los años setenta!“

Resulta ocioso señalar la importancia de este reconocimiento, el primero que se hace oficialmente en la Iglesia y nada menos que por boca del Papa. La Jerarquía católica argentina (salvo excepciones) ignoró siempre este hecho, pese a su enorme gravedad; la memoria histórica eclesiástica, también ella afectada, al parecer, de cierta hemiplejía, nunca lo registró. Pero, ahora, la palabra papal pone el tema sobre el tapete y va a ser muy difícil seguir eludiéndolo.

El Papa ha dicho lo suyo; y es bastante. Lo que da ocasión a que se recuerden algunas cosas. Por ejemplo cuáles fueron las causas de que tantos jóvenes católicos terminaran en las filas del terrorismo y quienes los responsables de este hecho atroz. Los hombres de mi generación, la del Papa, conocenpor experiencia directa, la respuesta. Lo han vivido. En el clima de confusión y de agitación que signó los años inmediatamente posteriores al Concilio Vaticano II, se impuso en numerosos círculos católicos una visión adulterada de la Fe. La Fe de Cristo fue sustituida por la falsa utopía de la revolución comunista y el lugar de la esperanza cristiana fue ocupado por la ilusión falaz del paraíso marxista. La teología de la liberación, primero, el tercermundismo, después, crecidos ambos al calor del desbarajuste posconciliar, fueron los instrumentos ideológicos que posibilitaron el pasaje de tantos jóvenes de la filas de la más acendrada militancia católica a las huestes partisanas. Este trasiego de la Fe de Cristo a la herejía tercermundista y liberacionista es la causa profunda del hecho hoy, finalmente, reconocido por la más alta voz de la Iglesia.

¿Y a quienes hay que imputar la responsabilidad de esta verdadera tragedia que tanto daño hizo a las almas y contribuyó en gran medida a sumira la Argentina en un baño de sangre? En primer lugar, a los Pastores que por acción u omisión, no cumplieron con el grave deber de cuidar el rebaño a ellos confiados. Los que reaccionaron y se opusieron -tal, entre otros, los casos de Monseñor Castellano, arzobispo de Córdoba (la rebelión contra este santo obispo lo dirigió su auxiliar, Angelelli) y Monseñor Buteler, arzobispo de Mendoza- fueron literalmente barridos de sus diócesis y abandonados, duele decirlo pero es la verdad, por la Santa Sede. El único obispo que logró resistir la marea tercermundista en su jurisdicción y ser entendido por Roma, fue el arzobispo de Rosario, Monseñor Bolatti. Cuando el Episcopado reaccionó colectivamente ya era tarde y el mal había avanzado demasiado. Hubo, también, felizmente muy pocos, pero los hubo, obispos que promovieron expresamente la subversión, que la alentarony a quienes les cabe una responsabilidad mayor. Finalmente, hay que sumar a todos estos los numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas, catequistas y dirigentes laicos que no solamente empujaron a los jóvenes a la guerrilla sino que ellos mismos, en muchos casos, tomaron las armas.

Esto hay que decirlo. Pero no, como pueda pensarse por una mera reivindicación de la verdad histórica (que es importante) ni menos aún por una pobre  justicia humana que ya no puede alcanzar a nadie. No, hay que decirlo en razón de la Fe, como una exigencia de la Fe. Porque lo que aquí se juega es, precisamente, la Fe. El mismo Papa, en el discurso que comentamos, lo dice: “El futuro, ¿cuál es? Una obligación. La traditio fidei es también, traditio spei y la tenemos que dar”.

Es decir, transmitir la Fe  y  la Esperanza que vienen de lo alto en lugar de hacernos cómplices de los mesianismos demasiado terrenos. Y esto suena más católico que la utopía.

 

5 comentarios sobre “Iglesia y marxismo en los ’70

  • el marzo 4, 2014 a las 4:33 pm
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    Además de este excelente artículo hay que decir que no sólo parte la Iglesia argentina encubrió al marxismo o lo hizo praxis. Sino que muchos sacerdotes fueron guerrilleros y participaron en organizaciones armadas. caso de p. Mugica, pAdur ( asuncionista) y Fr Puigjané

  • el marzo 5, 2014 a las 10:41 am
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    Muy buenos los dos artículos. Sobre todo el segundo me pareció muy claro. Ojalá que aprendamos de los errores del pasado en orden a no volver a caer en los mismos. Ojalá no tengamos miedo de la Verdad.

  • el marzo 5, 2014 a las 9:53 pm
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    A ESTO HABRIA QUE AGREGARLE, QUE DEBERIAN DEJAR DE PROMOCIONAR CON SU FOTO Y EXALTAR COMO UN HEROE DE LA HISTORIA, AL GUEVARA, CAUSANTE DE TANTAS MUERTES INOCENTES, POR SUS HECHOS E IDEALES.

    • el octubre 23, 2014 a las 3:39 am
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      Guevara no es un héroe de la historia .Me parece que fue tomado cono un ícono de la causa que llevaba a cabo. Y justo se dio en Cuba, no si a propósito o de casualidad, y esta isla estaba muy abandonada de TODO, COMIDA DERECHOS. ETC.. He escuchado varios comentarios, unos hablan de la paupérrima pobreza y sumisión de Cuba a E.U .A PUNTO DE DECIR QUE ERA EL CABARET DE LOS E.U.y POR OTRA PARTE, MI HIJO FUE EL AÑO PASADO, VIÓ POBREZA, MUCHA. POBREZA, PERO TODAVÍA HAY GENTE QUE LO QUIERE A GUEVARA ,PORQUE LOS LIBERÓ DEL INVASOR, QUE NO SE SABÍAN COMO SACÁRSELO DE ENCIMA. ME DIO MUCHA PENA PORQUE LA GENTE DE LOS HOTELES, LOS EMPLEADOS, LE PEDÍAN TODA LA ROPA Y LOS ZAPATOS U SANDALIAS QUE LE SOBRARAN. Es un pueblo totalmente abandonado de todo.

  • el abril 27, 2015 a las 11:32 pm
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    Bueno, si gente tan importante se equivocó, se me va un poco la culpa por la utopía.

Comentarios cerrados.

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