«Leído para ud.»

Aprovechando esta segunda etapa del blog, inauguramos una nueva parte titulada «Leído para ud«. Iremos subiendo, poco a poco, los resúmenes o reseñas de libros que hayamos leído o que, varios de los lectores, han enviado para su publicación. Pido disculpas pues en las últimas semanas he estado un tanto «atascado» con muchas cosas.

Van, como puntapié inicial, un par de párrafos del libro que acabo de terminar de leer de Jordán Bruno Genta, católico militante de la Argentina, asesinado durante la década del ’70 por el marxismo.

El pensamiento de Genta, a pesar de ser argentino, es un pensamiento universal; porque la verdad lo es.

Espero que disfruten las citas tanto como yo.

Dios los bendiga y buen año

P. Javier Olivera Ravasi



gentasPrimer párrafo: qué es «ser de derecha»

“Hablo de la derecha en el sentido del arraigo a la tradición espiritual e histórica de las naciones cristianas. Hablo de derecha en el sentido de adhesión al orden natural y cristiano de la vida, en la familia, en el municipio, en la escuela, en la universidad, en la empresa, en el Estado. Hablo de derecha en ese sentido de adhesión a la civilización cristiana occidental, en el orden de sus verdades esenciales, en el orden de sus instituciones, de sus jerarquías naturales (…). El otro día un profesor peronista, católico, theilardista, le comentaba a otro profesor que (…) (Genta) está cuarenta años atrasado; quería decir que lo que enseño es algo que está cuarenta años atrasado (…). Yo no estoy atrasado cuarenta años, yo estoy atrasado más de veinte siglos porque lo que enseño comenzó allá por el siglo cuarto o quinto antes de Cristo, luego culminó, tuvo una primera culminación decisiv,a con la venida de Nuestro Señor, luego tuvo otro momento de real grandeza y proyección ecuménica en el siglo XIII que es el gran siglo de la Cristiandad… De manera que lo que yo enseño es realmente anacrónico. Pero no es un anacronismo de cuarenta años, sino de más de veinte siglos. Porque lo que yo llamo derecha, para oponerlo a esa izquierda atea, apátrida y desarraigada de todo orden natural de la existencia humana, es precisamente la restauración en Cristo de todas las cosas, que es restablecerlas en su verdadero orden, en su orden esencial, en su orden natural. Lo cristiano y lo natural, son una y la misma cosa. ¿Quién es el autor de la naturaleza? El autor de la naturaleza es Nuestro Señor Jesucristo, el mismo que nos ha redimido del pecado y de la muerte. El es el autor de la naturaleza. De modo que todo lo que es natural, es cristiano. Por eso está bien aquello que el alma humana es naturalmente cristiana”[1].

Segundo párrafo: el «nacionalismo católico»

“Nosotros sí somos católicos y nacionalistas, pero nacionalistas cristianos. Ese nacionalismo cristiano significa la vigencia, la presencia de Cristo en toda la vida nacional, en la persona, en la familia, en la propiedad, en la empresa, en todo. Si no es Él el que preside, el que dirige y el que manda, si no es Él el Rey, entonces están esos reyes del dinero que nos están sometiendo y esclavizando”[2].

Tercero y último: el que no transige

 “Leyendo a Saint Exupéry en su libro Ciudadela he recogido estas expresiones que son realmente finas. Dice: «Yo he comprendido a aquél que yo llamo un hombre, porque no transige, porque no pacta, porque no hace componendas. Odio al hombre sumergido en el ganado, odio al hombre sumergido en la masa, en la multitud que aúlla, en esa gran bestia que ya habla Platón en su diálogo Gorgias y en La República. Odio al hombre sumergido en el ganado, vaciado de su substancia y sin vida interior. No quiero, ni como jefe ni como maestro, castrar a mi pueblo y cambiarlo en una multitud de hormigas ciegas y sumisas. Odio sobre todo a los que no son. A los que no son, esa raza de perros que se creen libres porque son libres de cambiar de parecer y de renegar. Libres de trampear, de perjurar y de abjurar. No se trata de la sumisión de cada uno de nosotros a todos, a la multitud; se trata de la sumisión de cada uno a la obra que hay que realizar. Cada uno debe forzar a los otros a engrandecerse, aún por el acto de oponerse, que es lo que uno intenta. Porque lo que interesa es la persona de cada uno de nosotros[3].

 

[1] Jordán B. Genta, Asalto terrorista al poder, Buen Combate, Buenos Aires 2014, 270-271.

[2] Jordán B. Genta, Asalto terrorista al poder, Buen Combate, Buenos Aires 2014, 542.

[3] Jordán B. Genta, Asalto terrorista al poder, Buen Combate, Buenos Aires 2014, 566.

4 comentarios sobre “«Leído para ud.»

  • el enero 18, 2015 a las 12:49 am
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    Podrían agregarse obras de la literatura hispanoamericana! Gracias!

  • el enero 19, 2015 a las 4:35 pm
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    Es de lamentar que Genta utilice las categorías del enemigo liberal.

    Porque «izquierdas» y «derechas» son categorías liberales acuñadas en la Francesada sobre la base de la división entre jacobinos y girondinos. Son los dos brazos ejecutores del único Liberalismo: «Vivir como si Dios no existiera».
    Ellos se agarran a los palos ferozmente para poder alternarse en el poder, y para lograr imponer los ideales de la Francesada a su modo. Porque de última apuntan a lo mismo por diferentes caminos. Sin perjuicio de coincidir a veces en la táctica, como es el caso de la híbrida Socialdemocracia.
    Suelen aparecer usando sinónimos: «Liberales» vs «Conservadores». O «Progresistas» vs «Reaccionarios». O «Socialistas» vs «Capitalistas». Pero son siempre internas del Liberalismo.
    Para mayor confusión (nuestra, porque los liberales la tienen clarísima), en los países hispanoparlantes suele catalogarse a la Derecha como «liberal» y a la Izquierda como «antiliberal». Puro jarabe de pico para confundir, porque la Derecha es tal liberal como la Izquierda.

    Históricamente, cuando el Liberalismo invadía un país cristiano (a la Argentina lo hizo militarmente utilizando traidores y mercenarios extranjeros), permitía y hasta invitaba a los dirigentes sometidos a «integrarse al Sistema» a través de su ala Derecha.
    Pero esa ala era un campo minado por el liberalismo. Así nació el Conservadurismo argentino: un cristianismo liberal, o como diría Castellani, «mistongo».
    En la España post-Franco pasó lo mismo: los franquistas fueron integrados en el derechista Partido Popular, el cual demuestra su cristianismo con los cientos de miles de abortos que ha permitido legalmente.

  • el enero 21, 2015 a las 4:28 am
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    A mi juicio, para responder a lo expuesto por el «Sr. Ricardo de Argentina», creo que las categorías (derecha e izquierda), para señalizar dos posturas antagónicas; provienen de una concepción mucho más antigua, que la propuesta por la revolución francesa. Habría que remitirse a los Santos Evangelios para encontrarla (Mt. 25, 33). En efecto, supongo que cuando el Eximio profesor habla de derecha e izquierda quiere aludir, o por lo menos, proveer a dichas categorías una connotación, más que liberal, teológica y esjatológica.

Comentarios cerrados.

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