Los niños abortados, ¿van al Cielo? Sermón para el día de los Santos Inocentes
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Parroquia Star of the sea 28 de Diciembre de 2025
En el primer domingo después de Navidad, la Iglesia recuerda hoy a los Santos inocentes, los niños que, sin haber conocido aún a Cristo, murieron en manos del inicuo Rey Herodes.
Hoy, por lo tanto, es un día para recordar a aquellos mártires, sin embargo, quería aprovechar para reflexionar acerca de lo que sucede con los niños muertos sin bautismo y, especialmente, aquellos que mueren por el aborto. Es decir, no mueren, sino que son asesinados.
¿Qué pasa entonces con ellos?¿a dónde van?¿qué dice la Iglesia?
¿Puede entrar alguien al Cielo sin el bautismo?
Veamos primero lo que dice la Sagrada Escritura.
Mc 16,15-16: “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará”.
Y también:
Juan 3,5: “el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”.
¿Entonces? Si un niño muere sin el bautismo, sea porque murió antes de haber sido dado a luz o porque lo mataron, ¿puede entrar al cielo o no?
1) El documento de 2007
En el año 2007, siendo Papa aún Benedicto XVI, La Comisión Teológica Internacional (CTI), dependiente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, publicó un documento titulado así: “La esperanza de salvación para los niños que mueren sin bautismo”, donde se señala que hay una “ausencia de una enseñanza explícita en el Nuevo Testamento sobre el destino de los niños no bautizados”.
Es decir: en todo el Nuevo Testamento no hay algo claro acerca de qué es lo que sucede con las almas de los niños que han muerto sin haber recibido el primero y principal de los sacramentos: el bautismo.
a. Los Padres griegosPero entre los padres de la Iglesia, sólo uno de ellos, San Gregorio de Nisa (siglo IV), le dedica una obra al tema y dice que «la muerte prematura de los niños recién nacidos no es motivo para presuponer que sufrirán tormentos» en la otra vida. Es decir que, no porque un niño haya muerto sin el bautismo, irá al infierno necesariamente (cosa que repugna a la razón).
b. La Escolástica medieval y hasta nuestros días: el limbo de los niñosSanto Tomás de Aquino, por el contrario, planteaba que “los niños que no han alcanzado el uso de la razón y por lo tanto no han cometido pecados actuales… van a un lugar donde gozan de una plena felicidad natural y sin dolor alguno, pero no al Cielo”. Es lo que tradicionalmente se ha llamado “el limbo de los niños”.
c. La actual posiciónAhora bien, la Iglesia plantea actualmente que “hay razones teológicas y litúrgicas para motivar la esperanza de que los niños muertos sin Bautismo puedan ser salvados e introducidos en la felicidad eterna, aunque no haya una enseñanza explícita de la Revelación sobre este problema” (CTI, La esperanza de salvación para los niños que mueren sin bautismo).
Porque la Iglesia no puede inventar doctrinas, sino que transmite lo que ha recibido. Y sobre este tema, no hay nada explícito y claro en las Sagradas Escrituras o en la Tradición de la Iglesia.
2) Voy a dar entonces una posición teológica personal y esto, aclaro, no es lo que dice la Iglesia, pero tampoco va contra lo que la Iglesia enseña.
En los Evangelios, Santo Tomás Apóstol, el incrédulo, le dice a Jesús: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”.
Es allí cuando Cristo le responde la famosa frase: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).
Porque Nuestro Señor no es sólo la Vida, sino el autor de la Vida.
Ahora bien: hoy muchos matan la vida de los no nacidos por comodidad, por odio a esa vida, por evitar la vida.
El hombre de hoy, al igual que la tentación de Adán, quiere ser como Dios, el autor de la vida y, por odio a la vida, matan al no nacido. Y lo hacen del modo más cobarde que exista.
Así entonces, esos niños, a mi parecer, están siento matados, aun sin conocer a Cristo, por odio al Creador y Señor; por odio a la vida, por odio al autor de la vida. Y por eso, se convierten también ellos en otros santos inocentes, como los que masacró Herodes, recibiendo en los propios vientres de sus madres, un bautismo: el bautismo de sangre que les abre las puertas del Cielo.
Y así, sin haber recibido el bautismo sacramental, reciben ese bautismo de sangre como sucede con los mártires. Aún sin saberlo ellos explícitamente y aún sin quererlo directamente quienes matan en un sacrificio diabólico, a los niños aún no nacidos.
Finalmente; en este día entonces, debemos rezar por aquellos que promueven y cometen el pecado del aborto: por su conversión y, especialmente, por aquellas mujeres que, lamentablemente, en un momento de desesperación, han caído en este pecado; un pecado que es perdonado por Dios pero que deja huellas muy profundas y que sólo la misericordia de Dios y la ternura de Nuestra Señora, la Virgen María, pueden curar con el tiempo.
P. Javier Olivera Ravasi, SE
San Francisco, 28 de Diciembre de 2025

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Un gran dolor la proliferación del aborto como algo “normal”, me uno a la petición de orar por los que lo promueven, practican y por las madres que abortan.
Dios reciba en su casa a todos los niños que son asesinados en el vientre de su madre
Feliz Navidad, páter.
¿Puede la Iglesia Militante pedir al Señor el Bautismo de deseo para los bebés abortados y muertos antes de recibir el Bautismo?
Muchas gracias, que Dios y la Virgen le bendigan y protejan