¿Por qué Sacheri y Genta (aún) no han sido beatificados? La respuesta de la Iglesia

 La pregunta del título surge no sólo a raíz de algunos interrogantes que se han planteado acerca de la reciente beatificación de Mons. Enrique Angelelli (de fuerte connotación política) sino de la misma crítica que Mons. Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata, Argentina, expresó hace algunas semanas, como ya presentamos en nuestro sitio.

Y la pregunta del título resulta adecuada porque las muertes de los profesores Sacheri y Genta (ocurridas en Octubre y Diciembre de 1974, respectivamente) plantearon, desde un principio, la probabilísima hipótesis de estar frente a dos claros y premeditados casos de muertes por odio a la Fe, es decir, de martirios.

Como sabemos que el público se renueva y que son muchos los jóvenes, nacionales y extranjeros que nunca oyeron hablar de ellos, presentaremos brevemente a los implicados.

1. ¿Quiénes fueron Genta y Sacheri?

Jordán Bruno Genta, fue un profesor de filosofía y padre de dos hijos que, luego de haber recibido una formación atea y anarco-comunista (su nombre, Giordano Bruno, lo dice todo), se convirtió al catolicismo llegando –en aquellos tiempos– a oponerse a la ideología liberal y populista que se encontraba en ciertos sectores de las Fuerzas Armadas.

Por su militancia anti-peronista, fue cesanteado de todos los cargos docentes, debiendo subsistir, hasta el final de sus días, gracias a la ayuda de sus amigos que cuidaban de él y lo frecuentaban en su “cátedra privada”.

Fue acribillado a balazos una mañana de 1974, mientras se dirigía a Misa, en la solemnidad de Cristo Rey. Su último gesto fue hacerse la señal de la Cruz.

Carlos Sacheri, contemporáneo de Genta fue uno de los principales exponentes del tomismo en Argentina. Discípulo del padre Julio Meinvielle y afiliado en su juventud a la Acción Católica, logró doctorarse en filosofía bajo el amparo de Charles de Koninck.

Incansable docente y padre de siete hijos se opuso férreamente al marxismo y al progresismo, denunciando su infiltración en la Iglesia sobre todo a partir del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, cosa que denunció en su libro “La Iglesia clandestina”. Fue acribillado frente a su familia al salir de Misa en 1974, regando con su sangre a sus propios hijos.

Las trágicos asesinatos de estos dos hombres de Dios fueron poco tiempo después reivindicados en una famosa carta pública dirigida a una nueva víctima en estos términos[1]:

“Enterados de la ferviente devoción que los extintos (Genta y Sacheri) profesaban a Cristo Rey, de quien se decían infatigables soldados, nuestra comunidad ha esperado las festividades de Cristo Rey según el antiguo y nuevo “ordo missae” y ha permitido que los nombrados comulgaran del dulce Cuerpo de su Salvador para que pudieran reunirse con Él en la gloria, puesto que en este Valle de Lágrimas eran depositarios de la Santa Eucaristía.

Como información fidedigna le comunicamos, un tanto apenados, que el difunto Sacheri no comulgó ese aciago domingo en el que concurrió por última vez a la prolongación del sacrificio de la Cruz. Nuestro enviado le dio una oportunidad, pero, oh… desatino, él no supo aprovecharla y lamentamos que esté pagando sus culpas veniales en el purgatorio (no queremos pensar que haya caído en el Fuego Eterno)”. 

2. La causa de beatificación de Genta

En los albores del tercer milenio, siendo aún arzobispo de Buenos Aires el Cardenal Quarracino, una Comisión de alumnos y amigos de Genta presidida por el Dr. Edmundo Paris[2] pidió en 1997 la apertura del proceso beatificación presentando las pruebas y los testimonios recabados con el correr de las décadas.

La causa marchaba normalmente hasta que, en 1998, al fallecer Mons. Quarracino, su sucesos, Mons. Jorge Mario Bergoglio, comunicó al postulador que los criterios habían cambiado y que, aunque se reconocían los méritos intelectuales y morales de Genta, no era el momento de introducir la causa a raíz su compromiso político-temporal muy marcado:

dado el carácter político de la personalidad del Profesor Jordán Bruno Genta, no es posible aún recomendar al Señor Arzobispo que acceda a lo solicitado”[3].

Nada más.

Se aducían, claramente, razones políticas y prudenciales. Todo quedó allí, desde el año 2000. En dos renglones.

La negativa a la causa de Sacheri está más documentada.

 3. La causa de beatificación de Sacheri

Pasados más de cuarenta años de su asesinato, el 24 de Junio de 2009, ante el obispado de San Isidro, Argentina (jurisdicción eclesiástica donde fuera asesinado), se solicitó la apertura del proceso de canonización. Con fecha 18 de noviembre de ese mismo año, el obispado autorizó la toma de declaraciones con el fin de preservar los testimonios de aquellas personas mayores que habían conocido a Sacheri.

Ocho años después, el 12 de junio de 2017, Mons. Lona, obispo emérito de San Luis, presentó al obispo de San Isidro, Mons. Ojea, un pedido formal con los testimonios recabados que, luego de analizados, recibieron una respuesta negativa en estos términos:

 

“no creo oportuno presentar en este momento esa causa”.

 

La pregunta que muchos –y con derecho– se han hecho es “¿por qué?”. ¿Cuáles han sido los fundamentos de esa negativa?

A modo de síntesis dejaremos aquí los párrafos fundamentales de las razones aducidas (el documento completo se encuentra AQUÍ) para que el lector saque sus propias conclusiones[4].

a. Sacheri era un “extremista”

Según el dictamen episcopal que debía determinar la apertura de la causa, Carlos Sacheri tenía una,

mirada extrema cuyos postulados “no suman al momento de aceptar una posible causa de canonización” (pto. 1).

“Su punto de vista intelectual y temperamental, producía un enfrentamiento sin concesiones y un punto de vista ideológico unívoco ante el pensamiento de izquierda presente en tantos grupos de la Argentina (…). El Orden Natural (libro de Sacheri) parece ser una obra que contiene principios básicos de la doctrina social católica, con una interpretación sesgada de la misma” (p.2).

 b. Sacheri se oponía al “pluralismo” conciliar

En estos días en que se ha oído hablar de una nueva causa de martirio (“mártires de los decretos conciliares[5]), la postura de Sacheri claramente desentona pues poseía,

“una interpretación extrema respecto del modernismo en el mundo (…). Sacheri en su obra no tiene en cuenta la actitud de diálogo de la Iglesia en el Concilio Vaticano II y el Magisterio de Pablo VI en la Eclesian (sic, con “n”) Suam. Allí encontramos el respeto al pluralismo en la sociedad” (pto. 2).

“Al plantear los términos de una manera tajante, Iglesia roja o patria cristiana hace de una opinión personal, un bastión de verdad que es necesario imponer (…). En una sociedad pluralista, su testimonio personal de coraje y entrega por Dios se ve mezclado de una opción política legítima determinada a fin (sic) a solo un grupo de la sociedad. Sin embargo no es posible recibirla como una opción única e ineludible para todos” (pto. 3).

 c. Sacheri y el “odio de los fieles”

Confundiendo la traducción latina de la verdadera causa de martirio (traduce “odium Fidei” –odio a la Fe– como “odio a los fieles” u “odio de los fieles”), el dictamen continúa diciendo:

“El punto es si el ‘Odio a los fieles’ ha sido el motor principal de la muerte de CAS (Sacheri) y por lo tanto motivo justificante para llevar adelante su proceso de beatificación y posterior canonización” (…). “No considero que el motivo de la muerte fuere el ‘Odio de los fieles’, sino más bien que en el medio una lucha armada y política por alcanzar el poder, Sacheri parece haber sido eliminado vilmente como un enemigo político” (pto. 5).

 d. Sacheri pudo haber sido un ideólogo de la guerra anti-subversiva

“Sacheri tuvo una posición contraria a la violencia, sin embargo cabe la pregunta si sus clases en ambientes militares tales como el Colegio Militar no brindaron una base doctrinal simple y firme para combatir con violencia las fuerzas llamadas del terrorismo” (pto. 2).

 e. La causa de Sacheri, por sus “posiciones extremas”, no debe ser admitida

“No creo que sea bueno ni conveniente presentar la posible canonización de Carlos Alberto Sacheri (…). Sus opiniones marcadas y extremas sobre la opción política en el momento social alimentaron (sin pretenderlo) la opción represiva en los ambientes militares” (conc.).

“No creo oportuno presentar en este momento esa causa” (carta introductoria de Mons. Ojea a Mons. Lona) a raíz dela corriente de pensamiento, un tanto extrema de Sacheri(Carta de Mons. Casaretto, obispo emérito de San Isidro, a Mons. Ojea).

 

*          *          *

 

Las beatificaciones de Sacheri y de Genta deberán –al parecer– esperar tiempos mejores pues, sus posturas “extremistas” o de “carácter político”, parecen ser un obstáculo real para la asunción a los altares. Otras parecen que no…

Pero la pregunta de fondo que cabría hacerse es: ¿era factible esperar otra respuesta en los tiempos que corren?

 

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

 

 

[1] Carta dirigida a D. Ricardo Curutchet donde se lo amenazaba con la muerte, Marzo de 1975.

[2] La Comisión arquidiocesana estaba a cargo del  Padre César Sturba en razón de que su titular, Monseñor Olmedo, estaba gravemente enfermo.

[3] Comisión Arquidiocesana de Buenos Aires para la causa de los santos, Carta dirigida al Dr. Edmundo Paris el 24 de marzo de 2000.

[4] La respuesta de Mons. Ojea se basa en el dictamen del Pbro. Vicente Llambías que ahora citamos.

[5] Homilía de Mons. Angelo Becciu durante la beatificación de los cuatro mártires riojanos (La Rioja, Argentina, 27 de abril de 2019).

 

 

 

 


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9 comentarios sobre “¿Por qué Sacheri y Genta (aún) no han sido beatificados? La respuesta de la Iglesia

  • el mayo 10, 2019 a las 11:21 am
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    Padre, me parece que lo que fastidio a los curas fue el librito La Iglesia Clandestina. No me cabe dudas sobre la valentia y honradez de Sacheri y la oportunidad de su libro.
    Aca en mi pueblo hasta no hace poco, tuvimos un obispo cuya madre fue fundadora de las Madres de Plaza de Mayo.
    Dios le hara justicia a Sacheri y Genta mas alla de la pleyade de obispos rojos.
    Que tenga un buen dia.

  • el mayo 10, 2019 a las 11:41 am
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    Un comentario sobre el Obispo Lona, a quien tuve como profesor en la universidad cuando cura raso.
    Un hombre humilde y estudioso, ingeniero de titulo civil, investigador nato (soliamos perseguirlo para que nos traduzca). Conocia como la palma de su mano Europa. Tenia en sus clases una claridad mental tal sobre la historia argentina de los 70, que todo lo documentaba. Aparte la vivio y no se la contaron.
    Un abrazo

  • el mayo 10, 2019 a las 4:49 pm
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    La bandita terrorista «E L 22″ (Ejército de Liberación ’22 de Agosto'») que asesinó a Genta, Sacheri y Ámelong por odio a la fe fue una escisión erpiana «entrista en el peronismo» que tenía a dos apóstatas con sus barraganas: el ex jesuita uruguayo Héctor Jesús Ferreirós Táboas y otro ex sacerdote apodado «Macuca» Llorens ambos abatidos tras asesinar al Subinspector PFA Juan Carlos Valverde, ultimado en la ratonera en que cayó toda la Regional metropolitana de la banda (la otra perduró y publicaba el pasquín «Liberación»). Sé que he perdido el (poco) tiempo que me llevó escribir estos datos certeros porque nunca tuve respuesta alguna de Vds. ni al invocar mi vieja camaradería con el Mayor y Dr. Jorge Antonio Olivera, mi recuerdo agradecido a la Lic. Marta Ravasi o haber tratado al P. en su Estudio…

  • el mayo 10, 2019 a las 4:51 pm
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    No digo las palabras que quisiera dedicarles a esos obispos, porque no publicaría el comentario. Lo único que preguntaría es por qué no aplicaron los mismos criterios de Saccheri con Angelelli (no hablo de las diferencias de Fe en ambos. Sólo de lo político). Si aplicaran los mismos criterios, el zurdo no habría sido beatificado. Pero…

  • el mayo 10, 2019 a las 5:48 pm
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    Uno no espera que el zurderío mande en el Vaticano. Me pregunto si esta es la verdadera Iglesia.

  • el mayo 10, 2019 a las 5:56 pm
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    y cómo se combate el terrorismo, por favor, con palabras de amor?, entonces cuàl es el fin de las fuerzas armadas, tirar flores?

  • el mayo 10, 2019 a las 11:29 pm
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    Gracias, Padre Javier, por tu valiente artículo.
    La «beatificación» de Angelelli nos pone frente al misterio de la «abominación de la desolación» (Mateo 24, 15) anunciada por el Señor.
    Un abrazo

  • el mayo 12, 2019 a las 8:44 am
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    Padre: vivimos un nuevo Katyn. Gracias por su enorme valentía al decir lo que nadie dice: la verdad.

Comentarios cerrados.

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