La virtud de la PUREZA. ¿Qué es? (1-4)

Cuentan que, cuando San Pablo viajó a Corinto, existía por entonces el verbo “corintear”, es decir, vivir una vida licenciosa y completamente volcada a los excesos.

El Apóstol, sin embargo, lejos de acomodarse con el mundo, aprovechó la ocasión para predicar justamente allí acerca de la Bella virtù (como escribimos alguna vez aprovechando la expresión de San Juan Bosco), la hermosa virtud de la pureza.

Aprovechando que, en esta parte del planeta de Sodoma comienza la primavera, vengan estos cuatro videítos sobre la virtud de la pureza por la que, quien la practica, se asemeja a los ángeles del Cielo (Mt 22,30).

Contra malicia, milicia…

Que no te la cuenten…

Javier Olivera Ravasi, SE

 

La virtud de la pureza 1. ¿Qué es? P. Javier Olivera Ravasi, SE

 


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6 comentarios sobre “La virtud de la PUREZA. ¿Qué es? (1-4)

  • el septiembre 21, 2019 a las 9:26 am
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    MUCHAS GRACIAS PADRE.

  • el septiembre 21, 2019 a las 12:49 pm
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    He escuchado algunos sermones suyos sobre esta virtud, cosa que nunca había oido hablar como una virtud menos en estos tiempos, aunque siempre supe que era algo bueno aunque mi pensamiento fuera contracorriente. Me gustaron los sermones, asi que gracias por hacer una secuencia de videos sobre esta preciosa virtud. Dios lo bendiga.

  • el septiembre 21, 2019 a las 8:20 pm
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    A propósito de la virtud de la pureza, una reflexión para quienes no siendo ya niños, y tal vez habiendo perdido la inocencia bautismal (más que seguro) pudiéramos haber fantaseado con recuperarla imitando conductas que por lo general se atribuyen a personas santas: una actitud infantil, no sé si llamarla maliciosa, tal vez debilidad psíquica, necesidad de ser aprobado, no más.
    Pero vale mencionar este recuerdo que en estos días me han pedido escribir y quiero compartir acá. Es un testimonio personal, mío, y dice así:

    «La historia de esta monja es real, según lo que a mí me lo contó el Padre Gregorio Miles CP, en los años sesenta, cuando éste servía en la Parroquia de San Gabriel de la Dolorosa, de Vicente López, en la provincia de Buenos Aires, entonces atendida por la Congregación Pasionista.

    Refiere que a San Juan de la Cruz, el fundador de los Pasionistas, lo llamaron desde un convento de monjas en Italia, rogándole que las visitara a fin de hacerle el «control de calidad» a la presunta virtud de una monja que vivía allí, y que tenía «síntomas» de santidad…

    El Padre Fundador entonces llega allí a pie, con su hábito cubierto de nieve y llama a la puerta del convento.

    Le abren en la Portería, dice quien es, y pide que le traigan a la monja para conocerla.

    Se la traen pues, toda ella como en otro mundo, paradita en su nube mística, y él le dice, observándola desde su experiencia, y como toda prueba diagnóstica: «sáqueme la botas».

    Pero ocurrió que ella se enojó mucho, inexplicablemente, negándose a hacerlo, por lo cual el Padre, dándose media vuelta, se dirige inmediatamente a la puerta de salida del Monasterio, diciéndole a las demás monjas que lo habían llamado: quédense tranquilas, que de santidad…nada!

    Y colorín colorado…

    El padre Gregorio Miles CP, ya murió en los años ochenta, y de los Pasionistas a quienes pregunté por éste sucedido (algunos ya muy ancianos quedaban, de esa época en la Iglesia de la Santa Cruz), ninguno de ellos recordaba acerca de esta historia.

    Lo que sí me dijeron fue que si el Padre Gregorio, me lo contó debe ser cierto, y que muchas historias así quedan sin registrar. Y me quedé pensando si en Italia alguno conservará memoria. Pero quién sabe, porque hace ya tanto tiempo…

    Este sacerdote, santo para muchos y para mí, que lo conocí como Director Espiritual, insistía en que la santidad empieza por no buscarse a sí mismo, y que lo más importante no era ser canonizado, sino…»canonizable»…»

    Y digo yo que ojalá que en eso estemos, mientras dure nuestro paso por la Tierra, en donde la santa pureza es mas ardua de vivir en plenitud, cuando a la vez debemos luchar con un ego tan desinformado como para creer más en sus propias fuerzas que en el Creador.

  • el septiembre 27, 2019 a las 11:13 am
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    Una corrección al que hizo el comentario anterior. San Juan de la Cruz era colaborador de Santa Teresa de Jesús en la reforma de la Orden de los Carmelitas. El fundador de los Pasionistas fue San Pablo de la Cruz.

  • el septiembre 27, 2019 a las 8:56 pm
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    Tiene razón, Padre Thomas!! No me confundí de santo, sino de nombre. Los distingo perfectamente pero los registros de la memoria los asocian en mí, por alguna razón, y no es la primera vez que me ocurre.
    Mil gracias por la salvedad que salva el hecho de que alguno pudiera querer buscar mas información y se encontrara con una dificultad a causa de mi error.

  • el septiembre 30, 2019 a las 8:58 pm
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    Por favor. Suba más vídeos sobre la pureza.

Comentarios cerrados.

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