Rosario de hombres en Chile congrega cientos de peregrinos en el cerro San Cristóbal

El Santuario de la Inmaculada Concepción, en Santiago de Chile, reunió a cientos de varones católicos para rezar el Santo Rosario a los pies de la monumental efigie de la Madre de Dios.

Por Martín Aceval y Pablo Sepúlveda

Este sábado 11 de junio, cientos de varones católicos se dieron cita en el Santuario de la Inmaculada Concepción del Cerro San Cristóbal, para peregrinar juntos hasta la cima en que se alza desde 1908 la sagrada efigie de la Madre de Dios, para rezar el Santo Rosario y pedir por la Iglesia, la paz del mundo, la Patria, y la familia.

A las 9 de la mañana una cincuentena de hombres católicos se reunió en el acceso de Pedro de Valdivia Norte del Cerro San Cristóbal para peregrinar juntos hasta la cima. Entre los asistentes se repartieron rosarios de manera gratuita, a fin de que todos estuviesen pertrechados de aquel arma tan poderosa. Así, pues, comenzaron el ascenso de cinco kilómetros, distancia que les bastó para rezar todos los Misterios, además la Coronilla de la Divina Misericordia.

El Rosario de hombres tiene su precedente en el Viejo Continente, específicamente en Polonia e Irlanda, desde 2018, que luego se extendió por toda Europa hasta llegar a Hispanoamérica. Los antecedentes de este acto devocional en Chile los encontramos en el grupo denominado “Reaccionarios del Sagrado Corazón de Jesús”.

Uno de sus primeros participantes, Juan Valdivieso, reveló detalles del origen del grupo: comenzaron sólo dos varones, sabiendo que “la fuerza no viene de la cantidad, sino que viene de la Virgen. Nos creamos en diciembre del año 2020. La idea nuestra es que el catolicismo debemos demostrarlo públicamente, entonces decidimos salir a la calle a rezar el Rosario todas las semanas y lo hemos hecho ininterrumpidamente desde el 11 de diciembre de 2020. También rezamos el exorcismo del Papa León XIII. Rezamos para que la Ley de Dios sea ley. Queremos un Chile católico en sus leyes, en su Constitución”.

También comentó algo sobre la especificidad masculina del encuentro: “El varón católico, cristiano, tiene que ser varón, es decir, varonil. Y el catolicismo debe ser militante. Eso es lo que creemos que un católico varón hoy día tiene que reflejar, ese espíritu militante. El sacramento de la Confirmación lo remarca, pues imprime un carácter de soldados de Cristo. ¿El soldado para qué está? Está para el combate. Ese es el catolicismo de las Cruzadas, el catolicismo de san Pío V, de Pío IX”.

La procesión, encabezada en todo momento por un estandarte del Sagrado Corazón de Jesús, se detuvo de trecho en trecho para aclamar fervientemente: “¡Viva la Virgen del Carmen! ¡Viva la Reina de Chile! ¡Viva la Madre de Dios!”.

También se oró por diversas intenciones: por leyes que cuiden a Chile y sus familias, por el trabajo, por el bienestar de los habitantes del país, chilenos e inmigrantes; y para pedir perdón por decir misa y comulgar de manera indigna. Desde los miradores del cerro los sacerdotes asistentes bendijeron los cuatro puntos de la ciudad.

         

  Pasadas las 11 de la mañana, la columna de peregrinos entró al recinto del santuario caminando entre el Altar y la concurrencia de los demás hombres que allí los esperaban escuchando canciones religiosas que un joven solitario interpretaba cerca del presbiterio. Al producirse el encuentro de todos los peregrinos, la oración brotó espontáneamente de sus labios: el Ave María, el Gloria y aclamaciones a Cristo Rey y la Virgen del Carmen se tomaron el lugar, reclamando la sacralidad que le corresponde, en medio de tanta visita puramente turística.

Un hombre tomó la palabra desde un ambón situado en la plataforma sobre la que se yergue el Altar Mayor. Por los altavoces comenzó a escucharse su panegírico: “Venimos a defender nuestra Fe en tiempos hostiles hacia la Cruz. Venimos a defender la Palabra. Venimos a defender el Camino, a defender la Vida, a defender la Verdad. Venimos a recuperar las calles y la ciudad desde la cumbre y con la Mujer, María, volviendo a traer la Fe al ámbito público”.

            El orador enfatizó en la necesidad y conveniencia de la presencia católica en todos los ámbitos de la vida pública, pues la Fe no sólo se profesa en el templo y el hogar, sino desde el templo y el hogar, para irradiar y ser luz. Los hombres en tanto hijos, hermanos y maridos cristianos, tienen sobre sí el imperativo de ser los mejores instrumentos en Manos de Santa María. El discurso continuó así: “Chile es una nación fundada sobre valores cristianos, y son esos valores los que debemos recuperar para recuperar nuestra Patria. ¡Hombres, reciedumbre! ¡Que nadie nos saque la Madre! Que ni en la educación, ni en la política, ni en la salud, ni en la justicia nos saquen a Nuestra Madre”.

“¡Madre, aquí están tus hijos!”, fue la arenga final de los cientos de hombres presentes.

Entonces, un sacerdote comenzó una oración que fue repetida a coro por toda la gradería: “Virgen Inmaculada, te amamos, te necesitamos, te suplicamos. Somos los representantes de los varones de Chile. A Tus pies venimos a rezar el Santo Rosario para suplicarte que cubras con Tu manto a toda nuestra nación. Que seamos uno, que reine la paz, que no haya aborto… ¡No se escuchó! ¡Que no haya aborto! Que el ser humano sea cuidado y la familia protegida. Madre Santa, sin Ti no podemos. Por eso, de rodillas ante Ti, rezamos el Santo Rosario”. Dicho esto, las graderías volviéronse extensos reclinatorios donde los varones doblaron rodillas y cerviz, cual esclavos, ante la Esclava del Señor.

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            Mientras esto ocurría en la cumbre del San Cristóbal, grupos de varones se reunían en otros lugares de Chile para hacer lo mismo. El suelo de Curicó, Concepción, San José de la Mariquina, Viña del Mar, Puerto Varas y de la Cárcel de Valdivia se ahuecó allí donde los hombres se arrodillaron bajo el manto de Su Madre.

            Luego del Rosario comenzó la Santa Misa en que se leyó el Evangelio correspondiente a uno de los Misterios Gozosos: la Visitación de la Santísima Virgen a su parienta Santa Isabel.

Durante la homilía, el sacerdote que presidió reflexionó: “Muchas veces nos cuesta, a los hombres, sobre todo, que somos tanto de razón más que del corazón. Es que nos cuesta rezar el Rosario. Pero cuando se enciende el sentido de la oración, del amor y devoción, no lo soltamos más. Por medio de la devoción a la Madre, Dios invita a renovar el compromiso católico y compartir la Fe “con aquellos que buscan la violencia y la división, que buscan el destrozo y la ruina”.

Mientras que eso sucedía en el Altar Mayor, en el frontis de la capilla del Santuario un sacerdote solitario, vestido de impecable sotana y portando una diminuta estola morada, ministró el sacramento de la confesión para quienes acudieron a la saludable penitencia antes de comulgar.

En medio del silencio de la atenta grey, el sacerdote celebrante alzó su voz para finalizar con la siguiente exhortación: “Defendamos los valores, defendamos Chile, defendamos la fe y la familia, defendamos el valor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Defendamos lo que es el valor del hombre y de la mujer ante las ideologías que quieren encerrar al hombre y alejarlo de Dios”.

 

                        La liturgia terminó con la bendición solemne y todos rogaron a Dios pidiendo la intercesión de los dos santos nacionales: el padre Alberto Hurtado S.J. y la carmelita Teresa de Los Andes.

Al finalizar el encuentro, José Pablo Keymer, organizador del Rosario de hombres, comentó algunos detalles sobre los preparativos: “Es bien interesante cómo se gestó esto. Es como en las Bodas de Caná. Unas mujeres, madres, esposas, hermanas nuestras se acercaron y nos dijeron: “Conseguimos el Santuario de la Inmaculada para que los hombres recen el Rosario, así que organízate algo”.

Además, sostuvo las razones de la realización de este encuentro: “Para que la ciudad renueve su esperanza, para que sepa que María, la Carmelita, la Patrona de Chile desde que Chile es Chile, la Virgen Patrona de América pueda contar con nuestros brazos”.

Por tratarse de una convocatoria especialmente para hombres, José Pablo Keymer afirmó: “Creemos que Chile, América, necesita restaurar la imagen del varón, del hombre. Nosotros le vamos a decir a María: ¡Madre, aquí tienes a tus hijos! Y vamos a querer cambiar la política, la educación, el trabajo, para que Cristo esté primero. Queremos hacer que quienes creemos en Él seamos católicos políticos, católicos educadores, católicos obreros, católicos empresarios, católicos padres, hijos, hermanos… El “católico” debe definir lo que hacemos”.

En medio de la multitud, se encontraba el senador por Santiago José Manuel Ossandón, quién comentó su participación en el encuentro: “Estoy aquí porque creo que Chile necesita mucha ayuda hoy día, y esto es una señal; implorándole a nuestra Santísima Madre la Virgen María, por intermedio del Rosario, que se preocupe por el futuro de nuestro país”.

Del mismo modo, comentó su visión como cristiano, acerca del quehacer de la política nacional: “uno no puede separar sus creencias y su fe de la vida. Los políticos católicos debemos defender nuestros principios, principios que son incuestionables, como la Vida y la familia. No se trata de imponer, pero la verdad es esa, y uno tiene que defender siempre la verdad. Para mí, la Vida no tiene ningún análisis”.

Finalmente, con la fe fortalecida y la valentía de afrontar la sociedad por la que se suplicó, los cientos de hombres, que durante horas se sumergieron en oración en la cumbre del cerro San Cristóbal, se dispersaron entre la multitud de turistas y visitantes de ocasión que, ignorando la sacralidad del lugar, es usado casi únicamente para fotos, paseos y conversaciones banales.


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3 comentarios sobre “Rosario de hombres en Chile congrega cientos de peregrinos en el cerro San Cristóbal

  • el junio 17, 2022 a las 11:48 am
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    Bellísimo

  • el junio 17, 2022 a las 10:36 pm
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    Buenas noches. Estamos a tiempo de recuperar la figura paterna en todos los ámbitos de la civilización cristiana, los necesitamos varones integros determinantes de palabras, protectores. Necesitamos varones valientes como Dios los creo.

  • el junio 26, 2022 a las 11:15 pm
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    Guau! estoy impactada, yo soy chilena, católica practicante y me pasó que supe (en la misa del domingo) de esta invitación, y pensé: «¡Qué hermosa iniciativa!, pero que mal pensado el lugar, espero que igual leguen hartos hombres». Ese día mi marido no pudo participar (por motivo de estar cuidando a nuestros niños mientras yo andaba en una actividad de la parroquia). Así que después, busqué noticias al respecto, una media hora navegué en internet buscando…. y nada de nada. Así están los medios de comunicación en Chile (y en el mundo). Quieren hacernos creer que no llegó nadie y por eso no es noticia! quieren desalentarnos!. Primera noticia que tengo de esto aquí en su página Padre Javier (hace poco le descubrí). Mil gracias por ser tan valiente!

Comentarios cerrados.

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