Abrazar o no abrazar a los hijos. ¿Qué implicancia tiene en la educación de los afectos?
Conversando con la Dra. Rosario Laris a propósito de un nuevo (y gratuito) libro.
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No se puede uno quedar uno en meros aspectos superficiales; lo fundamental es una buena educación católica; ayudar al niño no a guiarse por lo que meramente puede interesar temporalmente, sino que incitarlo a hacer el bien, aunque esto no sea popular, y también tenga que hacer el esfuerzo de no satisfacer intereses ajenos cuando son perjudiciales y, en definitiva, egoístas. El niño tiene que saber que actuando bien, hace el bien. No tiene que buscar el aplauso ajeno, sino que agradar a Dios.
Los padres tienen que cuidar y educar al niño pero en general porque va a ser la buena dirección la que va a evitar los problemas, al tener el niño herramientas, la fundamental el amor, para afrontar lo que le surja.
Francamente esos avisos explícitos los veo totalmente contraproducentes.
Los abrazos no pueden ser una imposición; no se pueden hacer las cosas de forma forzada. Hay que respetar también a los hijos.