La última misión. Un resumen comentado
Un resumen acerca de un gran documental sobre las misiones ad gentes.
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Padre, con todo respeto, me parece que tanto usted como el Padre Highton yerran en su diagnóstico. En efecto, los que se olvidan de los paganos no son aquellos que se dan cuenta de la apostasía reinante sino justamente al revés: los que se han desentendido completamente de los paganos son aquellos que a sabiendas o por ignorancia no están preocupados por la apostasía.
Aquellos que procuran salvar la fe de sus familias creando comunidades con sus iglesias, escuelas y seminarios son justamente los que dan vocaciones que luego “van y enseñan a todas las naciones” como Cristo nos lo ha ordenado. Por ejemplo, la Fraternidad San Pío X tiene misiones en Zimbawe, Gabón, Kenia, India, Sri Lanka, Corea, Japón, etc. y puede gloriarse santamente de haber sido bendecida con muchísimas conversiones de paganos y hasta de musulmanes, cosa extraordinariamente difícil. Oír los relatos de sus misioneros en Asia y África es tan apasionante como leer las aventuras de los primeros misioneros en América. Hay de todo: milagros, demonios, pobreza extrema, enfermedades, dificultades sin cuento, enormes alegrías también… pero sobre todo, muchísimo sacrificio y soledad.
Por otra parte, creo que todos los católicos vivimos rodeados de paganos: una inmensa cantidad de personas en nuestro país no está ni siquiera bautizada, no sabe rezar un Avemaría, no tiene idea de que Dios es Uno y Trino ni la más mínima noción del pecado original.
Cada uno tiene su vocación y debe procurar cumplir la misión que Dios le ha encomendado. El comentario del Padre Highton al comienzo del video huele demasiado a celo amargo…
Disculpe la insistencia. Otra verdad que tampoco puede callarse: una carmelita encerrada en su convento puede tanto o más que un misionero en terreno. De hecho, un misionero en terreno no logra nada perdurable si no hay contemplativos rogando por su obra. Eso también lo sabe la FSSPX que tiene varios conventos de carmelitas y dominicas de clausura rezando por sus misioneros.