De Sansón y Dalila. En defensa de la sotana

A los curas que todavía usamos sotana muchas veces se nos pregunta:

– Padre, ¿por qué usa «eso», si, como dice el refrán «el hábito no hace al monje»?

A lo que respondo:

– Porque el hábito no hace al monje, pero lo identifica; y lo defiende…  

Es que, lo que muchos no saben, es que la sotana o el hábito religioso, amén de ser un signo de contradicción frente a este mundo mundano, es una coraza de protección para el mismo sacerdote, quien, al llevarla, no puede mirar, hablar o gesticular como cualquier seglar… ¡Porque está a la vista de todos que es cura! Y ese signo meramente externo, le proporciona, a su vez que su identidad, ese no-sé-qué que lo obliga, desde afuera, a ser un «distinto».

Quien tenga oídos para oír, que oiga.

Publicamos aquí, con permiso de su autor, un texto excelente sobre el tema para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE


De Sansón y Dalila

P. Christian Ferraro

A quienes conocen el valor de los signos,

a quienes aún saben distinguir

lo principal de lo secundario

y las tácticas variables de los principios inmutables.

Y a quienes ya no lo saben,

si bien tuvieron alguna vez la fuerza de Sansón.

 

            Cuando paseaba, cuando iba a algún lugar, su presencia se notaba inmediatamente.

            Al principio, esto era hasta causa de cierto sano orgullo. Porque él sabía que había diferencias, y que no dependían de él, sino que…, que bueno, que fue así porque Dios así lo quiso: no todos tenían por qué mostrarse como él; pero él sí, porque Dios le había pedido eso. A él Dios le había manifestado que, por lo que a su persona tocaba, Su voluntad era la conservación de ese detalle, tan accidental como se quisiera; pero ése.

            Y sabía que el secreto de su fuerza estaba en mantenerse fiel a ese querer.

            Claro, no vivía solo en el mundo. Y no era fácil. Su diferencia era un arma de doble filo. Lo convertía en una presa codiciable: sus enemigos se enfurecían cuando lo veían.

            Era sabido que nadie podía luchar frontalmente contra él. Las veces que quisieron abordarlo frontalmente tuvieron que huir humillados y avergonzados. Por eso comenzaron a intentar por otros caminos. Era lógico.

            Sansón fue un poco ingenuo y no supo advertir el juego. Dalila no era más que una de las expresiones de la insistencia insidiosa y fastidiosa, no sólo del espíritu carnal, sino del espíritu mundano, que se sirve también muchas veces de las bajas pasiones.

            Para Sansón, Dalila era la presión del ambiente.

            Agobiante.

            Insoportable.

            –«¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?».

            Dalila se hacía cada vez más insistente. Y la insistencia, unida a la debilidad psicológica de Sansón y a su sensibilidad afectada, se hacía más oprimente y fuerte. Un día, por ejemplo, se le ocurrió que, quizás, en vez de enfrentar frontalmente a los filisteos, los podía conquistar ¡dialogando…! Enseguida disipó el engaño mental y la tentación.

            La tentación, de todos modos, ya estaba «adentro».

            Un ángel le soplaba al oído: «¡Cuidado! ¡Recuerda las consignas, el adiestramiento, las advertencias que te dimos cuando te preparamos para la guerra! “Bien-bien-menos bien…”». Pero el soplo se oía cada vez más lejano; y Dalila insistía tanto, tanto… Hasta tal punto que Sansón se acostumbró a los cuestionamientos, y comenzó él mismo a cuestionarse:

            «¿Qué necesidad de andar llamando la atención con un detalle secundario y que me lleva a chocar con todo el mundo?

            ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?».

            ¡Empezó a pensar como Dalila y los enemigos!

            De repente, de tanto insistir en las preguntas se olvidó de las respuestas.

            Y entonces Sansón dejó de usar la sotana.

            Y vinieron los filisteos y le sacaron los ojos. Lo esclavizaron, sin más, y desde ese día no vio ni entendió más nada. Cuando, en algún atisbo débil de reacción, quería empezar a dialogar, los filisteos se reían de él y lo usaban para divertirse. Había claudicado miserablemente. Ya era uno más de ellos; y ellos eran muchos más.

            Dios nos libre de tantos Sansón condescendientes y dialogantes. Y ayude a los Sansón frente a tantas Dalila.

P. Christian Ferraro

Torre Gaia (Roma), 03.09.05

 


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6 comentarios sobre “De Sansón y Dalila. En defensa de la sotana

  • el mayo 22, 2020 a las 11:03 am
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    Excelente, excelente y recontra excelente!!!! La sotana lo identifica y lo protege, lo obliga a actuar distinto porque ES un distinto!!! Claaaaro!!!!! Es la respuesta perfecta! Y así pasa con los médicos…se ponen el ambo de médico y son distintos ( salvando las diferencias obvio!) Gracias por su reflexión y por el texto del padre Ferraro. Saludos!

  • el mayo 22, 2020 a las 11:46 pm
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    Padre ,que bonito ….. sólo he leído la introducción, todavía no Leo la lectura de Sansón y Dalila . Pero ….padre está muy bonito lo que escribió , pero si usara la sotana en México lo que pasaría es que le gritarian pedófilo junto con algún disparate , así las cosas , ya leí la lectura y si , así las cosas , padre pero la presión del ambiente es para todos los cristianos , en la sociedad donde vivimos lo bueno es malo y lo malo es bueno ….. así las cosas , sabe padre aquí donde yo vivo los sacerdotes de dos parroquias a las que voy , antes de que cambiaran al padre de Haro yo le ayudaba a leer y me di cuenta que ellos usan otras armas en vez de la sotana , aquí el clima es extremo mucho calor en verano y mucho frío en invierno , en invierno ellos casi no se abrigan , siempre andan con catarro y se bañan con agua helada, otra cosa a veces si una mujer les habla o se acercan ellos se voltean a otro lado y se van a otra parte en el mismo lugar ….. así las cosas , estuvo muy bonita esta publicación , ojalá llegue el momento en que en todo el mundo los sacerdotes usen sotana y la gente los respete y los admire ……

  • el mayo 24, 2020 a las 2:00 pm
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    Padre Javier: Totalmente de acuerdo en que la sotana es el hábito religioso y una coraza de protección para el sacerdote. Pero también, como usted muy bien dice, al llevarla no puede mirar, hablar o gesticular como cualquier seglar. Pienso que en esto último radica el problema. Hoy en día la mayoría de los sacerdotes se comportan, se ven, y quieren que los vean como un seglar más. Entonces la sotana molesta y limita dicho comportamiento. Actualmente ver en la calle un sacerdote con sotana, es algo tan difícil casi como, para aquellos que juegan a la lotería, sacar el primer premio. Sin embargo un sacerdote que se muestra en público con sotana, infunde confianza a los creyentes y da testimonio de su vocación religiosa a los que no creen. Esta es mi humilde convicción.
    Padre Javier, oro por usted y por todos los sacerdotes para que sean fervorosos, puros y santos.

  • el mayo 24, 2020 a las 11:44 pm
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    Totalmente de acuerdo con todo lo que usted dice Padre, yo creo que deberían usar sotana todos los sacerdotes porque es un signo visible de que esa persona se ha consagrado a Dios.
    Yo creo que si pudiera hoy preguntarle a Jesús » qué quieres que hagamos?» Él diría » Volved a las fuentes»….
    Rezo por ud padre y que Dios siga iluminando su camino…

  • el mayo 27, 2020 a las 11:19 am
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    Excelente artículo. ¿Podría decirnos el nombre del cuadro y el artista que lo pintó? Desde ya, muchas gracias.

Comentarios cerrados.

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