La “Luz sagrada”: un fuego que no quema en el Santo Sepulcro

Según leemos en Infocatólica, una vez más ha fallado el intento de unificar las fechas de la Pascua entre los ortodoxos rusos y la Iglesia Católica.

¿Cómo? Sí; como leemos. Sucede que, desde hace siglos, católicos apostólicos romanos festejamos la Pascua (y la Navidad) “antes” que ellos (este año de 2021, será el 2 de Mayo). Es que, el calendario litúrgico de la Iglesia Católica no siempre coincide con el calendario de las iglesias denominadas “ortodoxas”; y esto desde 1582, año en que se adoptó el calendario gregoriano contra el calendario juliano, vigente hasta por entonces.

Sin embargo, aún antes de ese cambio de agujas, e incluso luego del cisma de Oriente (1054) en Jerusalén sucedía algo que hoy se desconoce casi por completo en ámbitos católicos; y nos referimos a lo que, cada Sábado Santo según la liturgia “ortodoxa” pasa en el Santo Sepulcro. Como viene sucediendo desde hace siglos conforme lo atestiguan los papas de la antigüedad: “el milagro de la Luz”.

Hace muchos años, estudiando el tema de las Cruzadas, leíamos este pasaje que, en su momento, no entendimos. Se trataba del famosísimo discurso de Urbano II durante el Concilio de Clermont, al convocar a las Cruzadas (1095) quien decía:

“Poneos en marcha hacia el Santo Sepulcro; arrancad aquellas tierras del poder de la raza maldita y guardadlas para vosotros… Jerusalén… Allí murió Cristo por nosotros; allí fue enterrado. Y en el sepulcro continúa realizándose el milagro anual. Pues –os digo lo que bien sabéis– todos los años, durante la Pasión, las lámparas se encendían sin intervención humana en la oscura iglesia. Y ahora, solo unos cuantos han presenciado el milagro; las lámparas continúan encendiéndose milagrosamente. Esto debe servirnos de estímulo ¿Quién tendrá el corazón tan duro que no se conmueva con tan gran milagro?”[1].

Pero… ¿a qué se refería? ¿qué eran esas “lámparas”?

En su momento dejamos pasar el dato pero, varios años después lo entendimos.

Se trataba del milagro anual del “fuego santo” o “luz sagrada” que, desde el siglo IV, al parecer, viene ocurriendo casi ininterrumpidamente en el Santo Sepulcro, el lugar donde fue colocado el Cuerpo del Señor después de Su crucifixión y muerte.

El fenómeno, atestiguado por Eusebio de Cesarea (s. III) y San Gregorio de Nisa (s. IV), entre otros, es mencionado como una «una luz increada» durante siglos. En 865, el monje francés Bernardo describe lo que pudo ver en Jerusaléng:

«El Sábado Santo por la mañana, después de la misa, la gente canta ‘Kyrie eleison’ (‘Señor, ten piedad’) hasta que se iluminan las lámparas que cuelgan sobre el Santo Sepulcro y el patriarca empieza a distribuir el Fuego entre los fieles«).

Así de claro.

Sólo recién un par de siglos después de la separación entre oriente y occidente, la Iglesia Católica comenzó a silenciar o a minimizar este prodigio (reiteramos), aún mencionado por Urbano II después del cisma. Este fue el caso de Gregorio IX quien la denunció, al parecer sin pruebas, como un simple fraude.

Según señala Niels Christian Hvidt, quien viajó a Tierra Santa para presenciar el prodigio, el mismo sucede año tras año y es presenciado por el Patriarca de Jerusalén y, posteriormente, por el Patriarca armenio, previo a un examen riguroso de las autoridades civiles, tanto de sus vestimentas como del mismo lugar donde fue colocado Nuestro Señor.

Así le narraba a Hvidt, a finales de los ’90, el Patriarca ortodoxo de Jerusalén, Diodoro I († 2000):

Periodista: «¿Su Beatitud, qué ocurre cuando usted entra en el Santo Sepulcro?».

– «Entro al Sepulcro, y me arrodillo, en santo temor, frente al lugar donde Cristo yacía después de Su Muerte, y donde Él resucitó, de entre los muertos. Orar en el Santo Sepulcro, en sí mismo, es siempre para mí, un momento muy sagrado, en un lugar muy sagrado. Es aquí, donde Él resucitó, con Gloria, y es de aquí, desde donde Él propagó Su Luz al mundo (…).

Busco mi camino, a través de la obscuridad, hacia la cámara interna, en la cual, caigo de rodillas. Aquí, digo ciertas oraciones que nos han sido dadas a través de los siglos y, habiéndolas dicho, espero. Algunas veces, espero unos cuantos minutos, pero, normalmente, el milagro ocurre inmediatamente después de que he dicho las oraciones. Desde el centro de la misma piedra, en la cual Jesús yació, surge una Luz indefinible. Generalmente, tiene un tinte azul, pero el color puede cambiar y tomar muchos matices diferentes. No puede ser descrita en términos humanos. La Luz se eleva de la piedra, como la niebla se eleva de un lago.

Parece que la piedra estuviera cubierta por una nube, pero es Luz. Cada año, esta Luz se comporta de manera diferente. Algunas veces cubre solamente la piedra, mientras que otras veces, ilumina todo el Sepulcro, para que las personas que están paradas afuera de Él, puedan verlo lleno de esta Luz. La Luz no quema. En los dieciséis años que he sido Patriarca, en Jerusalén, y he recibido el Fuego Santo, nunca se me ha quemado la barba. La Luz es de una consistencia distinta al fuego normal que arde en una lámpara de aceite.

En cierto momento, la Luz se eleva y forma una columna, en la cual el Fuego es de una naturaleza diferente, por lo que puedo encender mis velas de Él. Una vez que recibí la Llama en mis velas, salgo y doy el Fuego, primero al Patriarca Armenio, y luego, al Copto. Después, doy la Llama a todas las personas presentes en la Iglesia».

Según se dice, el milagro no se limita a lo que ocurre dentro del pequeño sepulcro sino que muchos reportan que las propias velas (que los creyentes abarrotados poseen en sus manos) se encienden por sí mismas aún antes de que el Patriarca de Jerusalén salga de lo que fuera la tumba del Seño (aquí el suceso en 2020, sin personas en razón del Covid-19 y con autoridades israelíes dentro del mismo lugar).

Como con cualquier otro milagro, hay personas que creen que esto es un fraude de los ortodoxos, dando a entender que, cada año, el Patriarca de turno ingresa previamente con algún artefacto (encendedor, fósforos, etc.); sin embargo, algo así parece inverosímil por diversas razones: por el estricto control previo de las fuerzas locales, por lo difícil de mantener un fraude tantos siglos (más aún, cuando no existían fósforos ni encendedores, hace mil años…) y por los testimonios autorizados de algún que otro franciscano de la Custodia que hemos consultado.

Además, queda el detalle final: los testigos oculares señalan que, en los primeros minutos, el fuego no quema.

En 2008, un equipo de científicos rusos de la Academia de Ciencias Naturales Pável Florenskii, encabezados por el Prof. Andrey Alexandrovich Volkov, realizó una serie de mediciones físicas en la tumba del Señor el mismo sábado santo de los ortodoxos. La hipótesis principal de su trabajo era que la aparición del fuego se debía a una descarga eléctrica. Sobre la base de esta versión, se decidió registrar el espectro electromagnético de onda larga durante la misa y en el momento de la aparición del Fuego Santo. Del mismo, se concluyó que la radiación electromagnética se registraba de manera automática dentro de una gama de frecuencias de 0 a 360 kHz, apareciendo el fuego entre las 15:04 y las 15:08

«Hemos demostrado qué ocurre exactamente, y hemos descrito el fenómeno en términos científicos«, comentó el profesor Florenskii, señalando que no podía rechazar una procedencia sobrenatural para el fenómeno.

¿Qué nos enseña todo esto? Que de ser cierto el milagro, Dios aún sigue manifestando sus dones para bien de los creyentes, a pesar de la incredulidad del mundo anticristiano en el que vivimos.

– “¿Pero acaso –dirá alguno– esto no estaría confirmando en el cisma a los ortodoxos?”.

Y, la respuesta es que, pensar así, no sólo sería una falacia de falsa asociación, sino también, un error por imprecisión histórica pues –amén de que Dios hace milagros cuando le place– la fecha de esta Pascua es más católica que la Virgen María (no sólo viene siendo celebrada desde siglos antes del cisma, sino aún la siguen celebrando los católicos de rito bizantino).

En fin; hay que seguir rezando para que, algún día se logre nuevamente la unión tan deseada, sin claudicar en la Verdad, con quienes se han apartado de la comunión con Roma.

Feliz tiempo pascual.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

21/4/2021


[1] Cfr. Harold Lamb, Historia de las Cruzadas (2 vol), Juventud Argentina, Buenos Aires 1954; las cursivas son nuestras. El discurso de Urbano está tomado de los extractos de cuatro cronistas, probablemente ellos lo oyeron en Clermont en lengua vernácula y luego lo tradujeron al latín. Para hacerse una idea gráfica de las Cruzadas, recomendamos los hermosos grabados de Gustave Doré, en Las Cruzadas (Ilustraciones), Edimat, Madrid 2005, pp. 208.

 


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20 comentarios sobre “La “Luz sagrada”: un fuego que no quema en el Santo Sepulcro

  • el abril 30, 2021 a las 5:09 pm
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    Tomando que sea cierto al día de la fecha, viene inmediatamente la pregunta:

    Acaso ésto no los confirmaría en el error a los ortodoxos ?

    • el abril 30, 2021 a las 7:17 pm
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      Reitero lo que coloqué antes: si el milagro existe, viene existiendo desde antes del cisma; ¿qué comprobaría esto? Pues que Dios hace milagros cuando le place; nada más. PJOR

      • el mayo 1, 2021 a las 12:54 pm
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        Dios hace milagros cuando le place, estamos de acuerdo en eso.

        Aun asi, eso no quita que sean hechos con una razon y por supuesto por un fin bueno, ahora, con la misma inteligencia que nos da porque asi le place, debemos intentar ver, hasta donde El nos deje.

        Entonces la pregunta se mantiene, acaso esto no confirma en el error a los ortodoxos ?

        • el mayo 1, 2021 a las 5:15 pm
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          Estimado: creo que hay una falacia de asociación en lo que ud. plantea.
          La fecha de la Pascua para los cismáticos, en todo caso, es una fecha hiper católica…; no sólo porque viene incluso antes del cisma sino porque, si vamos al caso…, es la fecha que la Iglesia Católica Apostólica Romana, sigue adoptando aún hoy para las comunidades católicas de rito oriental…
          – «¿Entonces? Qué confirma».
          A mi juicio es, o que Dios hace milagros cuando le place…
          O que la fecha de la Pascua debería ser celebrada según el calendario juliano.
          O las dos cosas…
          Bendiciones. PJOR

          • el mayo 2, 2021 a las 3:51 pm
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            Resulta que a Dios le place hacer el milagro en la fecha del calendario juliano; si es justo en esa fecha, entonces no es cuando le place, sino que está indicando el error de festejar la pascua y quiza la navidad en fechas distintas a la iglesia ortodoxa y de estar siguiendo un calendario erroneo y ¿festejar una falsa pascua?

          • el mayo 2, 2021 a las 11:17 pm
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            Querido Padre, no identifico la falacia pero de serlo mis disculpas.

            Simplemente destaco que un milagro **tiene al menos una razon y objetivo (buenos)**

            De esa premisa continuo el ejercicio mental y me pregunto que pasaria si YO fuese ortodoxo, lo que observo es que facilmente serviria para confirmarme en el error.

            Por esa razon todo este asunto me da mala espina.

            Entiendo que no estamos de acuerdo, solo queria explicarlo mejor por si lo habia dicho confuso.

            Un abrazo en Cristo.

          • el mayo 4, 2021 a las 5:54 am
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            Silogismo:
            Premisa 1: Dios hace milagros, para confirmar a las personas en sus creencias
            Premisa 2: El milagro del fuego es hecho por Dios
            Conclusión: El milagro del fuego es para confirmar a las personas en sus creencias

            Si eso fuera así, entonces, también estarían confirmados en sus creencias los Católicos Apostólicos Romanos de rito bizantino, que celebran la Pascua en la misma fecha que los ortodoxos.

            Es decir: hay una falsa asociación. Dios lo guarde. PJOR

      • el mayo 8, 2021 a las 8:45 am
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        Yo sí lo creo . Dios puede hacer lo que sea , acaso no nos creó a nosotros? , no creó el mundo de la nada ? , no hace milagros todos los días? .

  • el abril 30, 2021 a las 5:26 pm
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    Se le van a echar encima, pater. Es un post valiente.

  • el abril 30, 2021 a las 5:28 pm
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    Padre: ¡es la primera vez que oigo sobre este milagro! ¿Por qué lo han ocultado? ¿Significa esto que Nuestro Señor nos está mostrando que la Pascua debemos celebrarla como la celebran los ortodoxos? Le pediría que nos diera más información. ¡Me he quedado de una pieza! En las apariciones de la Virgen en Damasco (Soufanieh), Ella pide la unificación de la celebración de la Pascua. Y tal como están las cosas en la Iglesia Católica, me temo que habrá muchos católicos que emigrarán hacia la Ortodoxia.

    • el abril 30, 2021 a las 7:15 pm
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      La fecha de la Pascua no viene «de los ortodoxos» sino desde antes del Cisma, como he explicado…; es una mala consecuencia la que está sacando. Quizás simplemente haya que pensar que Dios quiere seguir haciendo ese milagro en el Santo Sepulcro porque le place y listo. Je! Bendiciones. PJOR

  • el abril 30, 2021 a las 7:07 pm
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    Ya tenía noticia del milagro del fuego y de su autenticidad. Pero siempre me ha intrigado que suceda en la fecha de la Pascua ortodoxa y no la católica. Dios puede hacer, y hace, milagros para personas no católicas respondiendo a sus oraciones en caso de una necesidad personal. Pero entiendo que no puede hacer milagros a modo de señales cuando una religión no es la verdadera. Por ejemplo, entre los evangélicos se dan muchos milagros de sanación en personas enfermas que piden ayuda a Dios, en su casa o en sus templos, pero Él no haría un milagro que descarriara a la gente llevándola a integrarse a una iglesia no católica; en ese caso, sería más bien obra del Diablo para descarriar. El milagro del fuego siempre se ha dado en ese lugar, pero desde el cisma se produce durante un rito ortodoxo, y para colmo según la fecha de la Iglesia Otodoxa, no de la de Roma. Esto puede resultar engañoso para muchos, haciéndoles creer que la religión ortodoxa es la verdadera. Es la más próxima a la verdadera, pero hay un par de cosas muy importantes, como lo del Filioque y la falta de comunión con Roma, aunque todo lo demás esté bien, de modo que me cuesta entender por qué sigue Dios permitiendo que se siga obrando el milagro. Conozco lo suficientemente bien la doctrina católica y no me hacen falta milagros en los que apoyar mi fe (lo cual no quiere decir que no aprecie los milagros, todo lo contrario), así que no me voy a hacer ortodoxo ante la realidad del milagro, si efectivamente es cierto como parece. Pero claro, esto del fuego milagroso me causa bastante desconcierto. ¿O podría haber algún motivo teológico que yo desconozca por el que Dios lo permite, padre Olivera?

    • el mayo 1, 2021 a las 12:39 am
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      Entonces te vas hacer ortodoxa solo por ese milagro? Y qué hay de tantos que pasan en nuestra Iglesia Católica? Hay que ser fieles hasta el final aunque nuestra Iglesia esté pasando por malos momentos no hay que abandonarla. Dime cuantos Santos no hay que pertenecieron y son de nuestra Iglesia. Que milagro mas grande no es la Santa Eucaristía?

  • el abril 30, 2021 a las 8:59 pm
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    Algo sabía de esto. Me parece simplemente impresionante. Si es verdad, es como la Sábana de Turín, la manifestación de Su presencia para quienes nos parecemos a Santo Tomás o tenemos una fe débil. Es como que si deseara que creamos de todas maneras, a como de lugar.

  • el mayo 1, 2021 a las 2:17 pm
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    Pável Florenskij fue un teólogo, pope, filósofo, matemático, físico, inventor, casi un Leonardo da Vinci del mundo ortodoxo ruso, que fu ejecutado en Siberia en 1937. Puede ser que la Academia actual actual lleve su nombre, pero no que haya estudiado un milagro en 2008

    • el mayo 1, 2021 a las 5:17 pm
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      Gracias. Fue un error de traducción del ruso. Así se llama la academia que estudió el tema. Ahora mismo lo cambio. Bendiciones. PJOR

  • el mayo 1, 2021 a las 3:20 pm
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    Roma se ha apartado de la Ortodoxia, pues el quinto patriarcado que vuelva con METANIA VERDADERA de donde nunca debería haber salido con sus infalibles… se haga humilde y rectifique sus errores graves….Jaris!!!!!

  • el mayo 2, 2021 a las 12:48 pm
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    Cada 128 años, el calendario juliano acumula un retraso de un día.
    Desde la implantación del calendario gregoriano en octubre de 1582 hasta el 24 de abril de 2698 (en que será la última vez), habrán coincidido ambas Pascuas en 271 ocasiones.
    Como curiosidad, resaltar que del año 1583 al 3000, la ortodoxa se pospone en una semana en 699 ocasiones; en dos semanas en 2; en tres, nunca; en cuatro, 27; en cinco, 370 y en seis (desde el año 2437), 49 veces.
    Ver la interesante entrada sobre en tema:
    https://exorbe.blogspot.com/2012/11/un-disparate-ecumenico.html

  • el mayo 2, 2021 a las 7:41 pm
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    Sea cual sea tu religión no entiendo como alguien pueda despreciar un acto milagroso como este. Si eres una persona creyente lo único que te provoca es una apertura del corazón y lágrimas de alegría. Te da esperanza y fortalece aún más tu fe. Dejemos de decir eso o lo otro es lo correcto y ojalá la gente empiece a apelar a la unión y no separación o desconfianza hacia otros que no vienen de su religión. Amén 🙏

  • el mayo 4, 2021 a las 11:48 am
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    Gracias p. Javier por el post, por la difusión de este milagro y por el tono conciliatorio de la reflexión.
    Animo a todo católico de buena fe a cambiar la forma peyorativa de tratar a los ortodoxos como «cismáticos», puesto que no ayuda en nada. Por otro lado, están tan en cisma material como los lefebvristas, por ejemplo, porque nunca hubo declaraciones de cisma formal. Tan sólo excomuniones a individuos concretos y que fueron levantadas simbólicamente por Pablo VI y Atenágoras en 1965.
    En el mundo ortodoxo suceden estos milagros y también otros, incluyendo milagros eucarísticos que prueban la validez de sus sacramentos.
    Recemos para que un día en Roma el Papa pueda concelebrar con sus hermanos primados de Jerusalén, Antioquía, Alejandría y Constantinopla, las Sedes Apostólicas de la Iglesia indivisa.

    «Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, QUE TAMBIÉN ELLOS SEAN UNO en nosotros; PARA QUE EL MUNDO CREA que tú me enviaste». Jn. 17, 20-21.
    Allí radica la importancia de la unidad de la Iglesia como testimonio PEDIDO por Cristo para que el mundo crea en Él. Más allá de las desviaciones ecumenicistas y los falsos compromisos.

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