Democracia y liberalismo. Dos cartas entre amigos: Dr. Mario Caponnetto y P. Javier Olivera Ravasi

Hace unos días publicábamos en este sitio una serie de Normas prácticas que San Pío X mandó para los católicos españoles de principios del siglo XX acerca de cómo debían comportarse respecto de los liberales de su época.

Las mismas trajeron varios comentarios entre los lectores y, entre ellos, una hermosa carta que recibí de parte de un entrañable amigo y maestro, el Dr. Mario Caponnetto; amigo personal y de la familia. Carta que leí atentamente y más cordialmente respondí.

Por el fondo y por la forma, nos pareció a ambos -a Mario y a mí- que publicándolas podrían llegar a servir de algo, especialmente porque, aún sin estar ambos de acuerdo en nuestros puntos, intentamos mantener la sentencia escolástica del buscar la verdad con mansedumbre y amistad.

Quedan aquí abajo entonces, por si a alguno les llegara a interesar, como muestra de una amistad que sigue a pesar de las discrepancias y que no rompen lanzas por cosas que pueden ser opinables.

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE


CARTA DEL DR. MARIO CAPONNETTO

Mar del Plata, 27 de octubre de 2023

XLIX Aniversario del martirio de Genta

Estimado Javier:

He visto en QNTLC tu nota Normas prácticas frente al liberalismo: San Pío X y los «integristas» españoles.

Aprecio muchísimo tu loable esfuerzo por orientar la conciencia cívica de los católicos de esta desdichada Ínsula. El trabajo que te has tomado de rastrear en hemerotecas españolas documentos publicados hace más de un siglo y el tremendo esfuerzo por transcribir esos textos un tanto extensos y especiosos añade aún más mérito a tu labor.

 

Sin embargo, me pregunto ¿es conveniente traer a colación lo que de ningún modo es doctrina oficial de la Iglesia (y menos objeto del magisterio infalible) sino tan sólo unas instrucciones prácticas para una situación determinada y para nada extrapolable a la actual situación?

En cierto modo creo que sí porque más allá de lo circunstancial contienen elementos muy valiosos; pero en el fondo me parece que es más confusión que claridad lo que estos textos aportan, dejando a salvo, reitero, su intrínseco valor por proceder de la máxima autoridad de la Iglesia de entonces.

Pregunto esto porque existe una tendencia muy marcada entre los católicos a tomar por verdad revelada todo lo que el Papa dice o lo que los Obispos opinan o el confesor susurra al oído. Y si esto siempre fue inconveniente al día de hoy se vuelve harto peligroso habida cuenta del extravío de la actual Jerarquía (salvo excepciones) y de la vacancia absoluta del Magisterio Pontificio.

¿No sería más oportuno, pienso, recordar los principios de una recta filosofía política, elaborada por el pensamiento precristiano y continuada por los grandes Padres y Doctores a lo largo de los siglos, y qué a la luz de esos principios cada uno saque sus conclusiones? ¿No sería mejor recordar el auténtico sentido de una política cristiana? Y en todo caso, si se apela al Magisterio, ¿no sería más propio y ajustado al tiempo actual recordar la Benignitas et humanitas de Pío XII? No sé. Te lo pregunto.

Por mi parte, basándome en los mencionados principios de una recta filosofía política, me reservo el derecho a sostener que la democracia, esta democracia, Argentina 2023 (no una democracia en abstracto) es un sistema intrínsecamente malo, espurio e ilegítimo que tras cuarenta años de irrestricta vigencia solo nos ha traído males y graves males y, por lo tanto, participar en él es cuanto menos una colaboración material a la permanencia de semejante desgracia.

A esto se puede oponer aquello de que los católicos no podemos abstenernos sobre todo si están en riesgo el bien de la Religión y el bien de la Patria. Pero, pienso con toda humildad, que abstenerse de cooperar con este sistema no es abstenerse del grave deber cívico que como católicos y ciudadanos nos obliga. Hay otras formas de participar. Y creo que, en este momento, la misión del “buen pensamiento católico” es denunciar proféticamente (como gusta decir a los progres) la maldad de esta democracia y ponernos a diseñar un régimen político alternativo que podamos a ofrecer a nuestros compatriotas. Como decía el Cura Castellani: el deber del nacionalismo es pensar la Patria.

Te aclaro que lejos de descalificar a quienes piensan de otro modo y menos afirmar que no son buenos católicos, los respeto y no discuto con ellos. Viene en mi apoyo el punto séptimo del documento de 1911: “7a. No se puede exigir de nadie como obligación de conciencia la adhesión a un partido político determinado con exclusión de otros, ni pretender que esté alguien obligado a renunciar a las propias honestas convicciones políticas, ya que en el campo meramente político se pueden tener lícitamente diversas opiniones, tanto sobre el origen inmediato del poder civil, como acerca de su ejercicio y de las varias formas de gobierno.

No te resto más tiempo.

Encomendame en tus oraciones. Lo necesito mucho.

Un abrazo

Mario

 


RTA DEL P. JAVIER OLIVERA RAVASI

Buenos Aires, 28 de octubre de 2023

Querido Mario:

Muchas gracias por tu correo, por tu caridad y tu prudencia en las palabras.

El texto que publiqué con fuentes viene a colación de un pequeño manual de ideologías que estoy escribiendo (algo así como “ideologías para bárbaros”) donde, entre otras, también estará presente, como debe ser, el liberalismo en sus diversos grados (lo más difícil, como te imaginarás, es resumir estos temas para la gente joven).

A partir de la coyuntura política de nuestro país (las elecciones de Noviembre de 2023, en la que se enfrenta el kirchnerismo y el liberalismo/libertario), efectivamente, me pareció conveniente y prudente publicarlo, sobre todo cuando comencé a leer que algunos hasta negaban su autenticidad (“no puede ser de San Pío X…”- decían).

Como bien sabes, sigo las nociones de filosofía práctica que me enseñaron mis padres (el mío hasta fue dirigente político y yo mismo llegué a ser candidato a diputado provincial en mi juventud), el querido Octavio Sequeiros, Díaz Araujo y, a partir de ellos las de Maurras, el Padre Julio Meinvielle y los hermanos Irazusta, entre otros. Vos, en cambio, con otros grandes y entrañables amigos, la que predicara el mártir Jordán Bruno Genta que ayer mismo recordábamos en un nuevo aniversario de su martirio (aún no reconocido por la jerarquía eclesiástica, lamentablemente).

Entiendo tus diferencias pero no las comparto. Y no las comparto porque, por un lado, creo que se trata de dos planos del saber distintos: el orden teórico, metafísico, apodíctico, necesario, que parte de los primeros  principios para alcanzar la Verdad, y el orden práctico, moral, que en la especie política, obra sobre lo contingente, lo irrepetible y lo que, desde la prudencia intenta buscar los medios para lograr el fin que no es otro que el Bien Común político.

Pero por el otro, tampoco las comparto por las probables consecuencias de esas acciones prudenciales. Me explico: creo que la prédica contra la democracia moderna de cierta parte del nacionalismo católico argentino (y subrayo “cierta parte”) ha logrado no sólo un abstencionismo partidocrático (totalmente lícito, por cierto) sino también, y sin buscarlo, un cierto “celo amargo” entre algunos jóvenes que creen que sólo resta esperar el martirio o la parusía, sin intentar hacer algo en pos de la cosa pública (para no decir “re-pública” y recordar a Anzoátegui). Y esto, aún cuando algunos tuvieran vocación y talento para ello.

Yo opino con Maurras que la cuestión política debe ser, cronológicamente y siempre, anterior no a los principios (claro está) sino al mismo desarrollo de la realidad (“politique d’abord”). De lo contrario, ¿de qué nos serviría una restauración católica en lo individual, una restauración de los primeros principios en nuestros estudiantes si el país continuara siendo vasallo de los imperios y sometido a las agendas globalistas? La primera de las libertades del hombre es la independencia de su Patria y, junto con ella, la restauración de los principios; no una cosa sin la otra. No aut… aut, sino et…et.

Respecto a la reiterada lucha contra la forma de gobierno democrática que algunos han tomado, sólo diré que yo participo de la visión irazustiana (y católica, creo) de la relatividad de esas formas, según la cual nacen de una empresa de gobierno bien lograda (situación que no ha ocurrido todavía entre nosotros, por cierto).

Son esas formas de gobierno relativas las que permitieron a lo largo de la historia que algunos cristianos fuesen consejeros de emperadores politeístas o que ciertos pueblos bárbaros fuesen conquistados para Cristo, aún en situaciones doctrinalmente desfavorables: San Remigio no buscó que Clodoveo fuera “primero” un católico ortodoxo y excelente en su doctrina para, recién luego, presentarle a Santa Clotilde, sino que hizo de Celestino entre un pagano que adoraba a las ranas y una princesa cristiana para que, con el tiempo, se formara el primer reino católico de occidente. Así, de la mano de la cosa pública, iría la restauración de la cultura greco-romana y la instauración de la única religión verdadera.

En cuanto a mí, al escribir intento ajustarme siempre a la virtud de la Veracidad, y al obrar u opinar en política, a la de la Prudencia; y en todo, con Caridad. Tratando de no disparar nunca «hacia la derecha» ni de criticar a quien intenta hacer algo si no hay necesidad. Sino al contrario: intentando hacer apostolado con quienes aún no son “propia tropa” pero que, con poco esfuerzo, paciencia y caridad, Dios termina obrando en ellos la conversión. Me sobran los ejemplos. Es claro que en estos temas, siempre se corren riesgos, pero son los propios de quien se mueve sin certezas en los resultados.

Porque es muy cierto que alguien tiene que decir la Verdad públicamente pero también alguien tiene que hacer Bien en el orden práctico según nos lo permita el Buen Dios y  conforme la vocación de cada cual.

En fin, se trata de ópticas diferentes que no tienen por qué empañar nuestra amistad. Lo cierto es que, hasta la actualidad, no creo haberme desviado aún de mi camino que, si bien no todos compartirán, creo que es el que debo seguir en conciencia.

En cuanto a mí, espero nunca vacilar en apoyar a todo aquel que haga algo en pos de la Patria y de la verdadera Fe o, en su defecto, a quienes -sin que se nos pida la claudicación en los principios ni acallar la voz ante las legítimas diferencias- intenten hacer mermar en algo el mal que por todos lados se cierne, hasta tanto llegue (o logremos formar) un caudillo católico para restaurar el orden social cristiano; y todo eso, aun a riesgo de equivocarme muchas veces, como es propio de los enemigos de “la inacción que es la cordura”, según decía el agnóstico Borges.

Un gran abrazo en Cristo y la Patria y sigamos manteniendo la sentencia escolástica que siempre te ha caracterizado: in dulcedine societatis quaerere veritatem (“en la dulzura de la amistad buscar la verdad”).

Un abrazo

P. Javier

 


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20 comentarios sobre “Democracia y liberalismo. Dos cartas entre amigos: Dr. Mario Caponnetto y P. Javier Olivera Ravasi

  • el octubre 30, 2023 a las 9:14 am
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    Excelente Padre Javier me encantaron las dos cartas. Gracias por compartirlas para permitirnos matar nuestra bárbara ignorancia.
    Que Dios lo bendiga 🙏

  • el octubre 30, 2023 a las 9:24 am
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    Yo creo que un problema que existe hoy día entre los católicos que intentamos ser fieles a la enseñanza de la Iglesia, es que muchas veces no somos capaces de entendernos en temas de naturaleza opinable, y pasa con frecuencia que se quiere mostrar la posición propia como «doctrina de la Iglesia». En fin, creo que para juntar fuerzas en pos de la fe, es necesario que en los temas opinables sepamos estar de acuerdo en estar en desacuerdo. Gracias por su trabajo, padre!

    • el octubre 30, 2023 a las 10:49 am
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      Voy más allá. Yo creo que el problema es que por egoísmo no somos capaces de conformar una verdadera alternativa católica para instaurar por la fuerza de la unión la Patria católica. Para éso hay que unirnos y hay que unirnos en la Verdad; y estas cosas implican renunciamiento y pocos están dispuestos a ceder en algo. Los resultados están a la vista: atrapados en este sistema perverso y jugando un juego miserable, buscando alguno que más o menos mitigue los daños para ver si en el camino lo podemos convertir y forjar un caudillo católico. Pero ¿cuántos están dispuestos a poner la carne al asador y, peor, a sacrificar alguno de sus bienes por el bien común? Cri, cri…

  • el octubre 30, 2023 a las 10:39 am
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    Concretamente existen dos candidatos y la única clasificación posible de las referidas por usted que le cabe a solo a UNO de ellos es la de «aquel que sin pedirnos la claudicación en los principios ni acallar la voz ante las legítimas diferencias, intente hacer mermar en algo el mal que por todos lados se cierne»: ¿Correcto?

  • el octubre 30, 2023 a las 11:04 am
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    Gracias Padre por la claridad de sus palabras, a los que no tenemos muchas lucen nos vienen muy bien en estos tiempos de confusión, cuando Nuestro Señor nos zarandea la barca, entramos en desesperación, pero están los buenos sacerdotes y los buenos amigos, no son muchos pero debe ser así, Dios quiere calidad no cantidad a veces nos olvidamos, pero bueno como dice el querido Padre Castellani, al final no se nos pedirá cuentas de las batallas ganadas, sino de las cicatrices de la lucha, la victoria final será Suya y si somos fieles hasta el final también nuestra

  • el octubre 30, 2023 a las 11:55 am
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    Gracias Padre por compartir su interesante correspondencia , pero más agradezco que se intente ver más allá de lo inmediato, comprender que lo perfecto pertenece solo a Dios, nosotros intentamos hacer lo mejor posible, por eso hay que participar, dejar de mirar de costado tratando de ser coherentes entre lo que decimos y hacemos por el bien común.

  • el octubre 30, 2023 a las 1:23 pm
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    Muy buena reflexión. Tanto Mario como Antonio son dos grandes personas y luminarias, pero en este caso concreto, coincido plenamente con la posición del P. Ravassi y uno de sus mentores, el egregio Enrique Díaz Araujo.

  • el octubre 30, 2023 a las 1:43 pm
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    Padre, me parece interesante sugerir que invite a su canal a hablar al Lic Juan Carlos Monedero, croe que él le puede aportar una perspectiva muy interesante del asunto
    Gracias

  • el octubre 30, 2023 a las 9:34 pm
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    Es muy valiosa esta entrada con el intercambio de dos referentes de la intelectualidad católica argentina contemporánea por ayudarnos a los católicos a comprender cómo podemos disentir respetuosamente, con caridad y fundamentos.
    Respecto de las posibilidades de la participación “política”, me parece importante tener en cuenta lo que ha enseñado Héctor Hernández en “Pensar y salvar la Argentina II” (Mendoza, Escipion, 2016, apartado 4.5.13, pp. 89-91), que está disponible en este sitio web: http://www.quenotelacuenten.org/wp-content/uploads/2014/01/Pensar-y-Salvar-la-Argentina-2.pdf
    Es natural que, en el actual estado de nuestra Argentina, la valoración de los logros políticos sea negativa. Al margen de cualquier apreciación personal sobre el actual régimen en concreto y acerca de los regímenes políticos en general, mientras aparezcan quienes eventualmente puedan “diseñar un régimen político alternativo”, que aún no ha sido diseñado por nadie –y que hasta ahora no hay señales de que ello llegue a ocurrir en los próximos tiempos–, y que después surjan quienes puedan convencer al pueblo de las bondades y conveniencia de apoyar ese eventual régimen alternativo y lograr al menos su discusión con miras a una posible implementación, las leyes van a seguir siendo producidas por quienes ocupan las bancas de los órganos legislativos, ejecutadas por quienes ejercen los ejecutivos, e interpretadas por los jueces que –al igual que los fiscales– son propuestos por los gobernadores y presidente –según corresponda– y nombrados por los miembros de las legislaturas y el Congreso.
    Mientras que se siga esperando que se piense un nuevo régimen, la política económica, criminal, internacional y de defensa de la Argentina seguirá en las manos de quienes ganen las elecciones y ocupen cargos con la “firma” para hacer lo que ellos –o quienes tengan poder sobre ellos– decidan.

  • el octubre 30, 2023 a las 11:28 pm
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    Muchas gracias, padre Javier.

    Ante ciertas voces que se están escuchando, pienso que es importante notar que, conforme enseña el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 2240) y dice la Congregación para la Doctrina de la Fe, no sólo el ejercicio del voto o sufragio NO es en sí mismo ilícito ni intrínsecamente malo (cosa que antes que el Catecismo también enseñaba, por ejemplo, Pío XII), sino que hasta en lo que sigue pienso que habría una fundamentación de la LICITUD MORAL de votar la fórmula de Milei y Villaruel. Se trata de un documento de los obispos de EEUU titulado «Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles. Llamado de los obispos católicos de los Estados Unidos a la responsabilidad política», el cual dice en sus numerales 35 y 36:

    «Puede haber ocasiones en que un católico que rechaza una posición inaceptable de un candidato incluso sobre políticas que promueven un acto intrínsecamente malo decida razonablemente votar a favor de ese candidato por otras razones moralmente graves. Votar de esta manera sería solamente aceptable si verdaderamente existen razones morales graves, y no para promover intereses mezquinos o las preferencias de un partido político o para ignorar un mal moral fundamental.

    Cuando todos los candidatos tienen una posición que favorece un mal intrínseco, el votante concienzudo afronta un dilema. El votante puede decidir tomar el extraordinario paso de no votar por ningún candidato o, tras deliberar cuidadosamente, puede decidir votar por el candidato que piense que sea quien probablemente menos promueva tal posición moralmente defectuosa y que sea quien probablemente más apoye otros bienes humanos auténticos».

    Aquí se encuentra completo: https://www.usccb.org/resources/forming-consciences-for-faithful-citizenship-spanish.pdf.

  • el octubre 31, 2023 a las 12:06 pm
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    Gracias padre, por publicar estas cartas. Coincido con tu posición, sin dejar de mencionar que al Dr. Mario Caponnetto le asiste la razón al decir que esto que nos gobierna no es una democracia; en realidad según mi entender, estamos ante una DICTADURA PERFECTA, en la que se promueve un cambio para que nada cambie. Espero que el candidato que aún no ha gobernado y del que casi nada sabemos, (pero muchos se empeñan en sospechar y profetizar, con suspicaz malicia), mínimamente no promueva la agenda globalista, y nos permita preparar la patria católica para que nuestro Señor impere. ¡Dios te bendiga padre Javier!

  • el octubre 31, 2023 a las 10:36 pm
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    Como se sigan ignorando las advertencias de los «profetas de calamidades» y «escupidores de asados», y se sigan votando supuestos males menores bajo la capa de «menos indignos» o hasta «bien posible», y se siga oponiendo la teoría a la práctica como ámbitos no sólo diversos sino separados, seguiremos enfangados y esclavos, no sólo corporal sino espiritualmente.
    Los recursos justificatorios, sutilmente elaborados a veces, con profusión de citas y recursos lingüísticos, hasta con ingenio, ya han sido contestados mil veces, en la teoría y por la misma experiencia también. Ahora Milei acuerda con todos y se muestra como lo que siempre fue: disidencia controlada.
    Es indignante que se siga culpando a los «abstencionistas» por «no hacer nada», como si fuéramos los responsables del lamentable estado actual de la sociedad y el Estado argentinos. Nosotros sabemos que somos esclavos en el cuerpo, pero compramos la libertad de nuestros espíritus siendo fieles a los principios, a todos los principios, por amor al Principio.
    Y Dios nos ha enviado maestros, que fueron fieles y rectos en los principios, sin malabares ni discursos pretendidamente eruditos, profetas que sufrieron por la Verdad y no buscaron la fama, los «likes», ni pararon mientes en amistades y respetos humanos, magis amica Veritas.
    Los exitistas y logreros de la practicidad y los males menores, ellos han engañado a muchos y con su prédica son los responsables del avasallamiento intelectual, espiritual de gran parte de los nacionalistas católicos, y por eso mismo, de la postración de la Patria. Se equivocan una y otra vez, pero insisten en sus errores y en sus falsos argumentos.
    Dios y la Patria los perdonen.

    • el noviembre 1, 2023 a las 11:51 am
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      Indignante es que se culpe de pecado al mero ejercicio del voto, contra el expreso Magisterio de la Iglesia, sobre el cual algunos se erigen, a la vez que lo citan para fundamentar otras cuestiones, lo cual no deja de ser tristemente paradójico.

      ¿Mil veces han contestado? En realidad, la cantidad, el mero número, no es criterio de verdad. Y claro que si son sordos, multiplicarán sus contestaciones ad infinitum. Pero no se trata de eso. Con un buen argumento, en forma, sería suficiente. Si lo tiene, haría bien en darlo.

      • el noviembre 1, 2023 a las 7:28 pm
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        «Indignante es que se culpe de pecado al mero ejercicio del voto», si dice esto es porque no ha leído a los autores a los que se refiere.
        Por otra parte, ese Magisterio de la Iglesia que dice usted, no se trata en este caso de un dogma, por tanto no es infalible.
        Pero le repito, usted o no ha leído o no ha entendido a los autores, por ejemplo Antonio Capponetto, que incluso se ocupan de objeciones como la suya.

        • el noviembre 2, 2023 a las 4:13 pm
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          Hasta cuándo nos mandarán a leer a Antonio Caponnetto como si en él estuvieran todas las respuestas? Lo de él no solo produce un «celo amargo», como dice el p. Olivera, sino que es un constructo teórico inaplicable, algo que poco tiene que ver con la realidad; casi una ideología.

          • el noviembre 9, 2023 a las 5:17 pm
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            Puse Antonio Caponnetto como podría haber puesto otro nombre.
            La insistencia viene de que ellos se han ocupado de las objeciones, por tanto, sí, tienen las respuestas, al menos para quienes tienen la honestidad de buscarlas donde se debe.

        • el noviembre 8, 2023 a las 4:01 pm
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          Pues Ud. parece que no ha leído mi comentario. Si el ejercicio del voto no es en sí ilícito, que no se lo condene como tal.

          • el noviembre 9, 2023 a las 5:17 pm
            Permalink

            Si usted leyera lo que le he dicho, verá que no se condena «el ejercicio del voto» así genéricamente hablando.

  • el noviembre 8, 2023 a las 4:53 pm
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    Coincido con el P.Ravasi en su apreciación del estado del nacionalismo católico argentino y su amargura.Por eso no convencen ni atraen…hay una retroalimentación elitista acompañada de la adulación de los adláteres – por momentos casi insoportable de ser leída- y menos acompañada.Están tan elevados por encima de todos,que se han quedado solos…Y nadie se abstiene de responder, enmendar la plana y meterse en el intercambio ajeno.Siempre para corregir,por supuesto y quedar con la palabra final enmarañada…Una pena que tanta preparación y capacidad esté extraviada en los laberínticos espacios del alejado exclusivismo sin rumbo y solitario.Hasta huele a farisaico.Alguna vez piensan en lo que generan en los demás o solo se celebran a si mismos…?Con franqueza,lo que generan.Que pena.

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